Y gritar, pero por dentro.

Calles largas, cielos grises, lluvia empapando los tejados. Globos de colores de la mano de algún niño, que aspira a volar cómo ellos. Surcando los cielos grises y llenándolos de color. Música en la calle que sale del corazón de un viejo saxofón, que tiene más años que alegrías. Cómo el que lo toca, que tiene en el corazón más lagrimas que sonrisas y conoce bien las callles grises. En el viejo bar de la esquina, un hombre ahoga sus "nunca y jamás" en un litro de vino. Cuánto más bebe mas sonríe, logra matar por minutos todo lo que le ahoga día tras día. Se ahoga en sus días y renace en sus noches, la triste historia de todos los días. En el fondo de la calle una pareja habla, cada uno bajo un paraguas. Con lo bonito que es cobijarse de la lluvia bajo el mismo y acercarte cada vez más, que la lluvia está muy fría. Recuerdos de calles inmensas con ilusiones a voces. De aquella, el corazón sonreía y no latía para el colchón, latía para otro corazón. Se comunicaban en un código que sólo ellos conocían, parecido al tic tac de los relojes pero lleno de sueños. Poemas en el fondo de los vasos, estelas de aviones, miradas tristes, lluvia y asfalto haciendo el amor. Algo tan increíble cómo genial,como lo nuestro. Cómo cuándo una canción te hace estallar de felicidad o de tristeza. Tan intenso cómo la adrenalina de una montaña rusa, vueltas y vueltas y el corazón que se escapa por la boca. Y la boca es una sonrisa congelada, el viento es demasiado fuerte. Y lo congela todo. En una terraza, alguien lee el periódico esperando encontrar el titular de su vida : Hoy serás la persona más feliz del mundo. Y no será publicidad engañosa, no hay ni números de teléfono a cobro revertido ni una advertencia de: esto es solo un anuncio. Pero no encuentra nada, entre política y sucesos aparecen anuncios por palabras de gente solitaria y venta de pisos. Pisos que necesitan cambiar de sueño, que están limpios de todo lo que vivieron. Solitarios que tachan en el calendario los días que llevan sin besar a alguien: infinitos. Y las ganas que tienen de amar: infinitas también. Y rutina. Rutina que te congela por dentro, sonrisas congeladas almacenadas al lado del dentrífico, esperando ser estrenadas. Escapadas en mis sueños. Tocar a tu puerta y besarte hasta caer rendidos. Hacer el amor a fuego lento, hacerlo reventar como cuándo pinchas un globo. Amarte, y dejar de hablar con mi colchón de todo lo que habríamos sido, que está harto de mis latidos a destiempo. Que si me descuido, me nacen corazones bajo el colchón en forma de lágrima..

y eso, que te quiero, joder. Con toda mi alma, como siempre y como nunca.

1 comentario:

  1. Te sigo también. Dios. Ojalá pudieses entrar en mi blog personal. Me recuerdas muchísimo a mí.

    Y no solo por la misma música en la lista habitual ;D

    Âme Noire

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Píntame una sonrisa