Abrochense los cinturones..

Hoy, menudo día. Hoy es el día en el que todas las personas se paran a pensar qué quieren para el nuevo año, y que cambiarían del que se escapa de nuestras manos. Hoy las mujeres se ponen vestidos ajustados y se pintan más de la cuenta las pestañas. Sonríen sin cesar y mandan los mejores deseos para el año que comienza. Los hombres escogen la corbata perfecta, pensando si les combinará con los ojos de la mujer que conocerán esta noche. Hoy es un día de esperanza y de tristeza a la vez. Esperanza porque "hoy es siempre todavía, toda la vida es ahora" y más que nunca somos dueños de nuestro destino. Tristeza porque dejamos irse por la ventana todo lo que vivimos este año. Yo me quedo con los desayunos continentales en sitios conocidos y otros desconocidos e increíbles. Con tus besos para desayunar, para cenar, y algún día para merendar. Con todas las calles que conocí de tu mano y las veces que grité desde lo alto de alguna montaña. Creo que hoy necesitaría algo así. Estos días me descolocan y me hacen llorar más de la cuenta. Me quedo con la carretera desde el autobús y mis ojos perdiéndose por el asfalto, las carreteras interminables que tantas cosas me dicen. Desayunos italianos de tostadas con mermelada, pasta todos los días para comer, me quedo con el mar en invierno, mi amigo más fiel. Las calles de Barcelona acogiéndonos y las paredes rojas dándonos los buenos días. Descubrir playas desiertas y correr atrapándo las olas. Esta ciudad nos quiere, aunque a veces quiera odiarnos. Me quedo con mi música, con las canciones que alegran mis mañanas y entristecen mis noches. Con la gente que está ahí y nunca se irá. Aprendí a sonreir aunque nadie me diera los buenos días y terminé valorando la soledad como algo que me hace crecer por dentro. Un plato en la mesa no está tan mal, aunque me derrumbe una vez cada 40 días. Yo aquí sigo, incansable, soñadora, odiando y amando este día. Por lo que trae, por lo que deja irse. Porque nunca me gustó el bullicio en los bares y ser una más. Me gustaría celebrar este día mirando a las estrellas, pidiendole a cada una de ellas por los que están a mi lado. O escribiendo cartas con los mejores deseos para los de verdad. Pero bueno, me pondré el vestido, me pintaré la sonrisa e intentaré que me aguante toda la noche.

Feliz día, noche, feliz año que comienza. Os deseo muchas sonrisas, que ameis de todo corazón y que la vida os llene de esas casualidades que cambian el mundo.

"Durante años trabajé en un videoclub, y en Nochevieja
siempre trataba con la que yo consideraba mi gente.

Almas vapuleadas que odiaban el esplendor de esa noche,
que preferían regodearse en la autocompasión silenciosamente
y en privado emborrachándose de romanticismo ficticio y
desengaños propios y ajenos.
Ese era yo, un tipo solitario, triste,
esperando que terminara la noche,
pero, a veces te hundes tanto que ya no eres capaz de seguir adelante."
Buscando un beso a medianoche



Algunas mañanas como esta, sólo tengo que pintarme los labios con ilusión y dedicarme a matar el tiempo en el pasillo. Dejarme mecer por las olas que invento en la pared del salón y escuchar mi corazón decir bajito : Así, sí. Y juego a luchar contra la tristeza y consigo matarla de un soplido. Todo está en calma. Miro por la ventana y viajo en el tiempo por recuerdos que un día construímos, mano a mano. Las meriendas sin fin, cuyo plato principal eran los besos y como bebida un poco de café. Mi risa incrustrada en tus oídos y tu mano acariciándome el pelo. Que ya hemos salido del país tantas veces que deberían de regalarnos los viajes en el tiempo. Si ya sabes la fórmula, amor y ganas de conquistar el universo. Y hay días en los que espero que me sorprendas, "que te distancias, por miedo a perderme, que el barrio es más bonito desde que aparecí" y que en el fondo de tu corazón están todas las ganas del mundo de acercar el infinito. Cierra los ojos, déjate llevar, recuerda mi risa aquel día de verano, nuestras ganas conociéndose y el miedo bien lejos. Olvida, olvida todo lo triste que hoy hace sol y somos eternos. Algunas mañanas como hoy sólo deseo que llegue la noche para devorarte poco a poco. Empezando por el cuello y terminando por quién sabe donde. Dejar marcas en tu piel para que nunca olvides el color de mis ojos, el tacto de mi piel, mi pelo largo haciendo cosquillas en tu pecho. Susurrándote: "Si se acaba la gasolina, me muero" y esconder en el bolsillo de tu pantalón un papelito que ponga todo lo que quiero hacer contigo. Y amanecer dando gracias a la vida, al cielo azul, al café que nunca nos sale bien pero contigo es el mejor del mundo. Y salir a ver la vida y fijarnos en cada detalle de este mundo que nos rodea construyéndonos un futuro a cada paso que damos. No me importa el tiempo que pasa, el pasado, no me importa que algunos días llueva o haga frío porque te tengo a tí. Que me regalas paraguas para cuándo querramos caminar bajo la lluvia. Bailando bajo la lluvia. O en el salón de mi casa como dos locos, como peonzas enloquecidas. Como dos tontos que saben que cualquier día que pasen juntos es el mejor de sus vidas. Que hemos visto el infinito tan de cerca que ya no tenemos miedo a nada y podemos con todo. Cógete de mi mano, abróchate el cinturon, que ahora mismo sale el avión cuyo destino es el fin del mundo.

"Un día llevé a los niños al colegio y te vi en el patio.
Quería que te subieras al coche y que huyeras conmigo"
Mad Men

Tengo ganas de salir a la calle y fotografiar todo lo que me encuentre. Perderme en vidas ajenas. Llegar a casa y tomarme un te. Escribir sobre la anciana que siempre está sentada en el mismo banco en el parque. Pese a las inclemencias del tiempo nunca falta a su cita. A ella también le gusta perderse por vidas ajenas olvidando que los segundos se nos escapan de los dedos. Tiene relojes de arena en la mirada, descontando granos por cada latido que sale de su pecho. O escribir sobre aquella niña de trenzas que aún no sabe lo que es la vida pero quiere vivirla ya. Se pinta los labios e intenta besar a los niños de su clase como hace su mamá con cada amante cada noche. Y que de mayor sea una solitaria, en su piso de 20 metros cuadrados llenos de fotografías de carreteras, por las que quiere escapar cada mañana al despertarse. Con su amante para cuándo quiera besar labios y un amor platónico por el desconocido que ve cada mañana en el metro. Entre libros, entre películas que predican lo que es el amor queriendo saborearlo algún día. O escribir sobre mi misma, y el día en que enterraron todas mis ilusiones bajo un montón de tierra y desde entonces ya nada fue lo mismo. Sobre lo triste de la Navidad, aunque de eso escribo siempre. Podría intentar gritar entre estas cuatro paredes lo mucho que te extraño y hace nada que te fuiste. Lo que me gustaría pasar contigo estas fechas tan nostálgicas. Hablando de él, de lo que le gustaba hacer y cómo pasaba las Navidades con nosotros. Pero no, ya te fuiste, ya es tarde. Y yo me pongo a escribir todo lo que pasa por mi cabeza, entre las ganas que tengo de que pasen estos días y las que tengo de besarte y olvidar porque existimos. Quizá salga a la calle, quizá escriba sobre vidas que no son mías y logre olvidarme de lo que me pesa el corazón. Quizá, sólo quizá.


"Estarás cambiando canales,
leyendo revistas que nunca me harán entrevistas
viviendo en la misma ciudad infinita,
casualidades nos pierden de vista
y hoy se van como si fueran hojas
...que al viento se le antoja llevarse
hacia ninguna parte."

Shinoflow - Fue tan importante
Todos los regalos están envueltos, trocitos de ilusión nadan dentro como un pez que da vueltas en una pequeña percera. Ya están las calles llenas de colores y la esperanza inundándolo todo. Ya comenzamos a desear cosas bonitas para el año nuevo, quiero que a mi gato le crezcan los bigotes, quiero dejar el vicio de arrancar flores y tirar toda la ropa por la ventana. Y entre tanto deseo, esperanza, entre las prisas de las personas comprando los últimos regalos se vislumbra un resquicio de felicidad. Como esa pequeña luz que siempre se cuela por la persiana y acaba cegándote o despertándote. Por momentos siento que camino al ritmo de este mundo, de estas fechas navideñas, y consigo sonreir y contagiarme de la ilusión que todo lo inunda. (Aunque sea ilusión de plástico). Me adapto a estos días e incluso llego a sonreir con las luces azules de los árboles, y me digo a mi misma "Sigue el camino de las luces azules" y llego a tu casa riéndome.
En cambio, en otros momentos me pesa el corazón y la ciudad se vuelve triste, tan triste que me apetecería romper todas las bombillas de colores para contarle al mundo que me haceis falta. Y a trompicones, camino entre la luz y la oscuridad de estos días, abrigándome por si entra una ráfaga de aire frío en el corazón y me resfrío. Nadando como ese pececito que os decía antes, a vueltas con la vida, viéndolo todo desde mi pecera. Aún así, os deseo como cada año una Tristeliz Navidad.

Sonreíd, haced lo que os de la gana y disfrutad cada segundo de las pequeñas cosas de la vida. Escribid una lista de deseos mentales y empezad a cumplirlos uno a uno desde hoy mismo.

Rodeado de equipajes
que se pierden entre viaje y viaje,
queda recordar.

Y por eso vivo el día
...día simple día claro
vivo al menos sin temores
sin el miedo de gozar.

Cada pueblo, cada puente,
cada cruce me ha enseñado
que con hoy es suficiente
y mañana es demasiado.


Hay días en los que el cielo está tan azul que no hay nada que pueda entristecerte. Con sólo mirar hacia arriba todo se vuelve bonito, y no queda otro remedio que disfrutar cada segundo que nos brinda la vida. Es en esos momentos cuándo dejo que la rutina me abrace, y camino escuchando cada pisada en el camino que me lleva al trabajo. El sol me ciega, y yo continúo caminando con paso firme, a donde me lleve la vida. Las calles se visten de colores y por las noches los árboles azules me dan las buenas noches somnolientos. Es el momento en el que cruzo la calle y me aproximo a tu casa, subo tres escalones y me cuelgo en tí. Nos escribimos versos en la piel en forma de besos y nos miramos como si no hubiera mañana. El techo de la habitación es azul cielo con alguna que otra nube que cruzamos volando en un globo improvisado construído a base de sueños. No importa el tiempo. La vida. Si nos cuesta levantarnos por la mañana o el café se nos amarga de vez en cuando. Sólo importa ese instante único, irrepetible, en el que nos perdemos y sólo existimos nosotros. Viajamos con el globo a ver el mar en invierno, tan precioso y frío como la última vez, y gritamos juntos: No podrán vencernos. Nos despojamos de todo lo que nos ata a la tristeza como los árboles dejan caer las hojas este otoño polar. Y caminamos, sabiendo que juntos todo es mejor, y que esta Navidad quizá vuelve a ser un poco más feliz. Que visitaremos todas las calles contagiándonos de la luz de colores. Que dentro de nada estaremos en otra ciudad desayunando en una cafetería desconocida y sabiéndonos los más felices del mundo..

Lo que decía, que hay días en los que el cielo es tan azul que nada puede entristecerme. Y hoy te veré de nuevo en esta ciudad que odio y amo a partes iguales. Y te besaré bajo todas las luces de colores. Prometido.

Cuando estemos juntos, saltaremos muros de hormigon,
escudos malditos de los hombres que se mienten.
Gritaremos juntos, no podrán vencernos,
mares que se cruzan son charcos ahora
y una vez más soñaremos con orgullo. [..]
Cuando estemos juntos, compraremos tiempo,
lo mejor de nuestra inversión sirviendo nuestro antojo.
Melodías puras romperán silencios,
nuestras voces rotas chillaran desnudas para seguir
el eco de nuestras palabras.
Que esta es la vida que separados no encontramos
y una vez más soñaremos juntos,
un día más viviremos cuentos modernos.

Cuentos modernos

nuevas fotos en: http://www.flickr.com/photos/paraeltiempoyladistancia/

Si el planeta estalla, que nos pille juntos.

n

Tenemos microondas para freirnos el cerebro, cafeteras para cocinar a fuego lento sueños color marrón chocolate y lavadoras que centrifugan palabras a mil por hora. Tenemos coches con los que viajar, naves espaciales para visitar otros planetas sin movernos de la cama y vasos en los que almacenar lágrimas. Maletas en las que caben sueños en forma de ropa interior, juguetes para cuando se nos olvida porque vivimos. Tenemos la estanteria llena de adornos inútiles que nos recuerdan quienes somos, y bolígrafos para apuntar todo lo que se nos pase por la cabeza y hacer la lista de la compra. Faldas para poner los sábados noche y tacones y maquillaje para aparentar ser quien no somos. Luchamos por algo, no sabemos porque, pero nos levantamos cada mañana con motivos que se escapan bajo el agua de la ducha. Estamos vacíos, somos cascaras andantes observando como el mundo se desmorona. Tenemos mil maneras de decir las cosas pero pocas veces nos ponemos a ello, preferimos dejar que el tiempo pase y nos aplaste. Tenemos ganas de cambiar el mundo pero como mucho nos cortamos las uñas para no arañarlo. Nos gusta reir y aunque a veces se nos olvida el modo de hacerlo lo buscamos en el almacén de las cosas que no se olvidan. Tenemos cajas de zapatos llenas de cartas que nunca llegaron a su destino y fotografías que nunca vieron la luz en el último cajón. Sabíamos como ser felices pero un viento huracanado nos arrebató todo lo que teníamos. Tenemos una cadeña de sueños atada a los pies que no nos deja volar y un cielo que no admite pasajeros sin billete. No existen mostradores en los que se vendan billetes hacia la felicidad. Tenemos momentos desperdiciados cayendo de nuestras manos al suelo y destruyéndose. Ganas de hacer cosas bonitas y tiempo que se escapa corriendo bajo la piel. Tenemos tanto, tanto que no tenemos nada.

Una maleta de sueños aguardando detrás de la puerta para cuando haya que escapar de
improvisto. Sin billete de vuelta.


.. "Nosotros nos iremos y no volveremos más, dice la canción. Porque el que vuelva será otro. Nosotros vistiendo otros cuerpos. Mejores. Más fuertes. El jazmín de momento aguanta las heladas y yo me escondo en un abrazo mientras la noche se llena de tormentas. A pesar de que las cosas parecen llenarse de cenizas, aunque este aguacero implacable se empeñe en tenernos encerrados en casa, sé que vendrán tiempos mejores. Me lo dicen las gotas de lluvia que tiemblan en tus pestañas infinitas, unas manos pequeñas que agarran un paraguas y me invitan a resguardarme, el olor de la tierra mojada en la lejana aldea, mientras el arroyo regresa cargado de agua entre los encinares en los que a veces me escondo, la risa de un niño mientras canto una canción, la vida misma sentada en el sofá de mi casa mientras la televisión me mece con su murmullo y afuera nos esperan los charcos, para ser saltados, para devolvernos en su reflejo nuestro rostro florecido, lleno de besos y sonrisas. Tras esta tempestad vendrá la calma. Y en ella nos encontraremos."
Ismael Serrano


Nostalgia

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Cuándo era pequeña me encantaba pasarme las tardes de domingo leyendo, ese era mi refugio
particular. Devoraba un libro tras otro, a veces era una detective perspicaz y otras veces una adolescente llena de pecas que no sabía donde estaba el norte. También adoraba hacer documentales sobre el paisaje que rodeaba mi casa. Hablaba sola, para el aire, utilizando una cámara fotográfica estropeada a modo de cámara de video. Terrible la imaginación de aquella niña callada, solitaria. Los días pasaban, los días corrían, y yo me dedicaba a arrancar margaritas para hacer ramos y a cazar grillos para contarles mis penas. Siempre tenía el portal de mi casa lleno de flores y animales perdidos. Mis gatos me acompañaban a donde fuera y siempre llevaba un chandal viejo por si me ensuciaba. Aparecer llena de tierra era lo de menos. Algún día soleado iba a regar mi planta de fresas silvestres, otros acompañaba a mi vecina a darle de comer a los animales. Me fascinaba la televisión, siempre que pasaba enfrente de la casa de mi vecina me quedaba viéndola a través de la ventana de su salón. Espiando lo que pasaba por el mundo, ya que en mi casa de eso no había. Un día unos ladrones me robaron una bicicleta y desde entonces no pude dormir, siempre escuchaba pisadas extrañas y no me atrevía ni a respirar. Tuve una infancia solitaria, pero bonita, días muy grises con platos volando por la cocina y lágrimas, días verdes y azules tirada en el prado. Tu olor a after shave cada mañana y el beso de buenos días mientras me sentaba en tus piernas. Las noches en las que me colaba en tu cama para leer hasta quedarme dormida y contarte de que iban mis libros. Que personaje me gustaría ser. Tú, dormido, con la revista encima. Después me escapaba de puntillas a mi cama fría. Me acurrucaba y ponía la radio bajita para escuchar las historias de la gente que no podía dormir hasta que me vencía el sueño. Recuerdo, porque cada día que pasa te alejas más de mis recuerdos y no quiero olvidar tus ojos verde azul. Porque estas Navidades te seguiré extrañando como las primeras, en las que te escribí cartas que nunca llegaron al cielo. Porque la gente que me ayudó a crecer cada vez está más lejos de mi y así los siento conmigo. Cerca, como cuándo cenábamos todos juntos en la misma mesa, sin televisión, pero felices. Cuando la Navidad aún tenía sentido y teníamos algo que celebrar. Este año dejaré pasar estas fechas de largo, sin ruído, sin adornar nada con luces de colores que me recuerde lo triste que son. Y os recordaré, os recordaré porque siempre os tengo en el corazón. Aunque esteis lejos, en el cielo, o pensando en vuestras vidas. Siempre. Y os escribiré cartas sin remite en las que contaré como ha sido mi primer día de trabajo y que mi primera paella ha salido deliciosa..


- ¿Sabes ese momento en el que te das cuenta que la casa en la que has vivido ya no es tu casa?
De repente, aunque tengas un sitio donde poner tus cosas, la idea de casa desaparece.
- Yo aun me siento agusto en mi casa.
- Un dia cuando te vayas te pasará, y ya no habra vuelta atras. Ya no lo recuperaras jamas. Es como sentir nostalgia de un sitio que ya no existe. Tal vez sea ley de vida, ¿No crees? Y no volveras a sentir lo mismo hasta que crees tu propio hogar, para ti, para tus hijos, para la familia que formes. Es como un ciclo. No se, yo lo echo de menos, ¿Entiendes?... A lo mejor eso es una familia. Unas personas que echan de menos el mismo lugar imaginario..


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