Diario II



De miradas vacías y sonrisas al borde de la muerte, de la vida cuando son hojas secas volviendo a casa, de madrugadas y la luna recordándonos que somos fuertes, lo somos, de la vida cuando nos asomamos desde la planta 32 y nos arrojamos a un vacío que se llama futuro,de tus besos después del desayuno, de pasar doscientas horas juntos al mes y luego la soledad, el amor al borde del precipicio.

Ibamos elegantes y nos subimos a un ascensor con desconocidos y te di la mano, y el mundo se paro por un instante.  La sensación de vértigo siempre es mejor si nos cogemos de la mano. Había luces y de repente era Navidad y hacía tanto frío que los sueños se congelaban, quisimos disparar para ganar, yo nunca supe como hacerlo. Yo nunca sabré como hacerlo. Cogimos el tren en la estación de siempre, cogimos un periodico y un cafe, y fuimos los extraños más enamorados del mundo, jugamos a casarnos, a ser marido y mujer en la vida que siempre deseamos.

De nuevo la soledad, tengo una taza con un gato asustado en la que tomo el café. Tengo miedo del futuro. Tengo la nevera vacía y estoy decidiendo si debo salir de este agujero para ir a comprar. Tengo más miedo de camino al trabajo que cuando subo a la planta 32 y el mundo se antoja infinito. Estoy lejos de ti. Lejos de mi. Hay un coche verde antiguo precioso cubierto de hojas, nunca se mueve, siempre está en el mismo lugar. Siempre quiero huir cuando lo veo. Pero ni él huye, ni nosotros, y sólo esperamos que el futuro llegue pronto y podamos caminar por estas calles como los extraños más enamorados del mundo.