Enero en la playa

A veces sólo necesito quejarme un poco, o un mucho y llorar hasta que no me queda lágrimas. Purificarme por dentro y dejar parte de mi en cada ventanilla del autobús. Perder la mirada para encontrarla en tus ojos. Encogerme tanto tanto que desaparezco por momentos. Inundar la casa solamente con tristeza, y que no vengan los bomberos. Para poder despertar. Volver a amar los amaneceres y tomarme un café con una sonrisa, el mejor desayuno. Ya no importa si me clavaron cristales rotos en el corazón, si se desangro, si dolía hasta reventar. Lo cuido, lo acuno, te lo regalo si lo cuídas y secas mis lágrimas. Somos increíbles aunque a veces se nos olvide y perdamos el juicio algún viernes noche. Tu cuello sigue oliendo a puro amor cuándo te abrazo con todas la extremidades de mi cuerpo. Ahora, planeo una escapada a una esquinita de tu corazón y pienso quedarme allí todo el tiempo que haga falta. Me encanta desayunar sentada en medio de la calle en pijama mientras alimento a los gatos de la zona. Me encanta que me mires pensando, pero qué loca. Y correr como peonzas por todos los lugares. Visitar el mar en invierno y morirnos de frío. Que seas mi bufanda y mis guantes. Antes de despedirme de tí me gusta esconder mi cabeza en tu pecho y taparme con tu chaqueta. Se me antoja el lugar más bonito del mundo. Mi rincón favorito de las 10 de la noche, y de las 10 de la mañana. Escondimos sueños en conchas, en llaves que servían de entrada a mundos creados por y para nosotros, nos perdimos en ellos, entre las nubes, cerca del mar, en pensiones de primera clase amándonos y comiéndonos la vida. En realidad todo se reduce a qué no dejaré que tu mirada me abandone. Espero que te haya quedado claro.

"La vida es una noche tumbado en la playa,
mirando las estrellas sin verlas, soñando despierto,
dejando que la arena se cuele entre los dedos de mis pies,
embriagado de todo. Prefiero experimentar las cosas,
aunque me hagan mal. Aunque me hiervan la sangre.
Prefiero probarlo todo a morirme sin saber lo que me gusta.
Y, más que nada, prefiero la vida que dan sus besos
de caramelo y la suave caricia de su piel caliente."

Daniel Valdés
*

Hacerme un ovillo y encogerme hasta que amaine la tormenta que sale de mis ojos. Abrazarme fuerte para poder olvidar la tristeza. Cerrar los ojos. Quedarme quieta. Buscar una palabra azul que logre hacerme sonreir. Seguir llorando en silencio. Con ganas de romper los cristales, arañar las paredes, con ganas de olvidar el mundo y escapar a dónde no me siga el viento.

http://clemkruczynski.blogspot.com/2009/12/me-queman-las-palabras.html


"Lo único que deseo es un cuarto en alguna parte,
lejos del aire frío de la noche.
Con una silla enorme,
chocolate y una estufa a leña."
Audrey Hepburn
Leche para el desayuno gatuno

Ultimamente sólo me encuentro en los ojos de los gatos callejeros. Y me gusta observar como se toman la leche a lametazos una mañana fría, con pijama y los sentimientos al aire. Dejando escapar los latidos que me hacen ahogarme contra el colchón. Supongo que sólo necesito que a alguien le gusten mis locuras, mis sueños, mi risa y mis lágrimas. Todo a la vez. Poder coger un tren y escapar de la rutina, disfrutar del silencio, convertirlo en nuestro. Olvidarnos del maestro Hora y hacer realidad todos nuestros sueños. Yo sólo quiero que te guste mi risa, y te hagas una pulsera con ella. Que me abraces sin importarte donde, ni como. Que olvides todo lo que no es Otoño, hojas secas y nosotros. ¿Lo harás? Yo prometo sonreírte cada mañana. Con todas mis fuerzas.


"Tenemos aquí a una soñadora,
alguien totalmente fuera de la realidad.
Cuando saltó, seguramente creyó que iba a volar."
Las vírgenes suicidas

Los días son arenas movedizas.

Cuando estoy triste me pierdo por recuerdos bonitos. Cuando la vida era algo más que los días se escurrieran de las manos. Antes de romperme. Antes de la sangre en el corazón y las lágrimas en los ojos. ¿Sabes? Siempre me encantaron los gatos. Yo tenía tres, y cada mañana les saludaba y les contaba parte de mi vida. Ellos escuchaban sonrientes, porque los gatos sonríen aunque nadie lo sepa. Me gustaba ver como se tomaban la leche a lametazos, peleándose a ver por quién tomaba más. Pocas veces consigo esa calma ultimamente. No me gusta el asfalto, la gente caminando por las aceras, odio el olor a ciudad. Por eso mi manía de querer escaparme. Recuerdo que cuándo era una niña adoraba tumbarme en el sofá todas las tardes a perderme entre libros de los Hollister, merienda, y vuelta a empezar. El sonido de tu coche al llegar y correr a darte un beso. Ni te imaginas cuánto extraño tu beso en la frente antes de dormir, hay cosas que no se superan ni en diez mil años. Para tí era la mejor, la más lista, y yo te miraba sonriendo. Nunca nadie me admiró tanto a día de hoy. Aún así, sobrevivo. Cada mañana busco en el cielo un motivo para sonreir. Y en el mar, y en cada calle que piso. Siento demasiado todo lo que veo y no tengo guardianes peludos tumbados en el sofá para sacarme una sonrisa. Echo de menos la calma y lo sencillo de la vida, los días que creía que iba a estallar de felicidad y olvidaba que el mundo estaba siempre girando en espiral.

" No me preguntes: ¿Dónde vas?
Sigue tú inventando el cuento."

Sólo se vive una vez, pero se mueren demasiadas.

8:30


Gris melancolía es el color de las aceras en las calles de los sueños que despiertan con ojeras. Y la vida entera es un viaje, no una carrera, yo disfruto del paisaje mientras quede carretera.
Sharif

Me pesa la sonrisa demasiado

....

El asfalto estaba más triste que nunca. Puede que algunos de los transeuntes dijeran que era por la lluvia pero yo sabía que aquello tenía un motivo más dramático. Todo eran lágrimas, y no de ángeles precisamente. Había un bloque de hielo separando nuestros caminos, nuestras miradas, esquivando nuestros besos como si fueran disparos directos al corazón. Tengo la casa llena de ropa tirada, los platos sin fregar, y el mayor desastre lo tengo por dentro. Todo por doquier. Que más da, que mas da joder. Si en las esquinas no tengo tus besos y aquella complicidad que hacía que quisiera tenerte al lado para siempre. Ahora miras hacia otro lado, te vas, no me sonríes, no me apartas el pelo. Ya no hay respuestas. Ya no hay esperanza. Tanto buscar para terminar chocándote contra una pared. Y detrás de una pared ya no quedan más que otras paredes esperándote. Hace poco me recordaron cuando fue la primera vez que me rompí en mil pedazos como un vaso cayendo al suelo.. Siempre hay algún pedazo que se queda bajo la alfombra. Siempre.

"Eras un pez grande en un estanque pequeño,
esto es el océano y te estás ahogando"
Big Fish

Playa de Poetto, Cagliari

Ahora se lo que sintió Joel cuándo corria tras sus recuerdos y se escondía en ellos para que no se fueran. Ahora que los cuadros del salón están torcidos, el corazón me resbala por las tuberías y tengo sangre congelada en los ojos. Cuando desearía perderme por cualquier lugar que me recordara el sentido de la vida. Cuando no hay ni una puta palabra que me haga sonreir. Ahora es cuando viajo hasta nuestros recuerdos y me escondo en ellos. Primer flash: El olor a té en una casa italiana, nosotros tumbados abrazados. Corro, me instalo allí y que no me quite nadie. De repente aparezco en una casa con vistas al mar, apoyada en la terraza de la cocina queriendo oir el canto de las sirenas, tú me abrazas por detrás. Fundido negro. Estoy en tu puerta, dándole al timbre, un, dos, tres, cuatro, cinco, arriba, se abre la puerta y me besas. Me voy. Estamos en una cafetería mientras la lluvia entorpece los pasos de los transeuntes. Merendamos, me besas, nos besamos, te cojo la mano y no te suelto. Siento calor. Por todo mi cuerpo. Estamos en una playa desierta, el mar se agita y baila al son de unas olas enormes. Nosotros estamos corriendo hacia el agua de la mano, con miedo a que la marea nos lleve, pero eso no pasa, nos cogemos muy fuerte. De nuevo el frío, nieva, nieva y nosotros estamos en una casa en la cima de una montaña. Hablamos hasta quedarnos dormidos. Despierto en una habitación cualquiera, tú estás en el ordenador, sonrío, te acercas y me besas. Sigo corriendo, de recuerdo a recuerdo, capturándolos con el objetivo de mi corazón, sin flash. Me quiero quedar en todos ellos. En qué puto momento dejamos de ser uno para pasar a ser dos caminando en direcciones diferentes..

Rutinas II

Bajo la lluvia

Aquel gato maullaba quejándose, estaba claro en el tono de su maullido. Era una mezcla entre un violín rasgándose y el llanto de un bebé. Callejeaba buscando el norte, perdiendo el sur, olvidando el sabor del asfalto que había probado días anteriores cuándo alguien le lanzó desde las alturas. Por suerte para él y desgracia para el atacante, estaba por su sexta vida y aún le quedaba mucho que maullar. Bajo su ventana, claro está. Hasta que le reventaran los oídos.

¿Que escribes?
─ Una carta a los reyes magos.
─ ¿Y qué les pones?
─ Que nos devuelvan la vida.

Bailame el agua

Rutinas I

sonando "La vie en Rose"

Se sentó en el banco preferido del parque de enfrente de su casa. Había días en los que se quedaba mirándolo desde su casa, pero ese día había preferido bajar pese al mal tiempo. Se había comprado el periódico, que esta vez traía de regalo una novela insulsa que estaba decidiendo si leer o no leer. En la portada salía una mujer que se parecía a su esposa unos 50 años atrás. La misma trenza deslizándose por uno de los laterales del cuello, la sonrisa inocente, las pecas en la frente. Esa sonrisa inocente que conseguía que hiciera todo por ella, hasta había pensando en subir a la luna sólo para ella. Por un momento, recuerda los momentos que pasaron tumbados en el jardín de la parte trasera de su casa con tan sólo 17 años. Fue su primera noche, y no necesitaron ni velas, ni camas de hotel. Solo amor y pasión. La paja en la ropa y su sonrisa nerviosa por miedo a que le dijeran algo en casa "No te preocupes, échale la culpa al amor".. Se fija en el título del libro "Cosas por las que merece la pena vivir". Y tanto. En ese momento la meteorología deja de importar, y a sus 85 años se levanta y vuelve bailando hasta casa. Con los pies mojados y los ojos con lágrimas. Había comprendido el sentido de la vida.

"Si crees en los sueños, éstos se cumplirán
porque creer y crear sólo están a una letra de distancia".
Albert Espinosa

(nuevas fotos en http://www.flickr.com/photos/paraeltiempoyladistancia)