Las ciudades de madrugada siempre me dieron ganas de huir, y todas las carreteras del mundo, y tus ojos que me miran como quien mira al mar. Este verano conocí todas las carreteras del sur, y como en una novela de Kerouac, huimos sin mirar atrás. Cada mañana era una nueva aventura, lo más importante era tumbarnos bajo el sol. Las terrazas en las azoteas, hablar en idiomas desconocidos, los trucos de magia, la felicidad cuando se puede tocar. Los pies en el salpicadero, la mirada perdida, los bailes improvisados en el coche. Me pasaría media vida huyendo. Volver a casa de madrugada, con los ojos llenos de vida y el corazón a prueba de bombas. Esos días de mar y carretera me han hecho más fuerte. Porque todo es más sencillo de lo que nosotros creemos, tan sólo se trata de sonreír al menos una vez al día, saber por quien luchar, mirar al cielo, leer, poco más. Desde que he vuelto me siento como en una película. Todas las mañanas mi banda sonora son tus miradas (aunque a veces estén lejos). Y cada pocos días me escapo a la ciudad del viento a alimentar a los gatos, y me siento a contarles mis historias, y a veces sonríen (te lo prometo). Nado en ese mar que se me de memoria (ya no tengo miedo a ahogarme) y soy un poco más valiente. La felicidad es esto: tú, somnoliento, trayéndome el desayuno. Porque nunca sé si empezar comiendo las tostadas o comiéndote a ti. En definitiva, que soy feliz. He recuperado mi esencia. Nunca me olvidaré que estoy hecha de mar, huidas, y sueños.
“Ahora escribo pájaros.
No los veo venir, no los elijo,
de golpe están ahí, son esto,
una bandada de palabras
posándose
una
a
una
en los alambres de la página,
chirriando, picoteando, lluvia de alas
y yo sin pan que darles, solamente
dejándolos venir. Tal vez
sea eso un árbol
o tal vez
el amor.”
No los veo venir, no los elijo,
de golpe están ahí, son esto,
una bandada de palabras
posándose
una
a
una
en los alambres de la página,
chirriando, picoteando, lluvia de alas
y yo sin pan que darles, solamente
dejándolos venir. Tal vez
sea eso un árbol
o tal vez
el amor.”
Julio Cortázar
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