Tristefeliz 2009. Hola 2010

Este año he reído 365 veces por lo menos.
He llorado la mitad, o menos.
En Enero soñé todos los días antes de dormir.
En Febrero cogí un avión con dirección a mis sueños, lost, mares, medano.
En Marzo intenté sonreir y tener esperanza. Los días pasaban grises y desiertos.
En Abril paseé por mi pueblo, fui a Galicia de acampada, sonreí. Seguí pensando en cruzar los mares.

En Mayo vi a Zahara por primera vez, paseé triste por las calles de Candás.
En Junio tomé muchos cafés, fuí a la playa por primera vez y una sonrisa callejera me devolvió las ganas de ser feliz.
En Julio fuí a Madrid y me reí como nunca. En Perlora una personita me ayudó a volver a creer. En Luanco ví la lluvia caer. Empezó algo. En Ribadesella recordé viejos tiempos con dos almas gemelas, hablamos de tonterías y reímos, reímos mucho.
En Agosto conocí otro mundo, lleno de amor y cariño, donde no está permitido estar triste.
Repartí alegría y la alegría me llegó a mi también. Conocí Malaga, Salou, reí y lloré a partes
iguales. Compartí con dos personas especiales muchos días, especiales también.
En Septiembre ví Mapa de los Sonidos de Tokio, conquisté calles, universos, me fabricaron
sonrisas, una para cada día. Y fuí feliz. Ví en concierto a Vetusta Morla, Love of Lesbian,
Russian Red, Canteca de Macao, Miss Caffeína.
En Octubre llovió mucho. Muchos de nuestros días felices fueron merendando y entre calles
grises.

En Noviembre cumplí años rodeada de la gente que quiero. Paseé por Gijón, fuí al cine, bebí
vino, recordé, y seguí hacia adelante.
En Diciembre ví a Pereza, y a Zahara de nuevo. Compartí todos mis días con una personita muy especial. Amanecí en Candás, esas calles ya no son tristes. Volví a creer un poquito en la Navidad. Me compré mi primer vestido bonito. Hice regalos. Y aprendí que el regalo más grande eres tú.



Este 2009..
He aprendido que aunque te mueras de nostalgia, alguien puede aparecer y hacer todos tus días rojos en el calendario. He leído Tokio Blues, he sido Coraline en sus mundos, Clementine más que nunca, cerré los ojos y me perdí por dentro de mí con Anni B Sweet, he hecho eternos los días más cortos, cortos los días más eternos. Grité hasta quedar afónica hasta que algo apareció y me sacó de mis días tristes. Hice más locuras que nunca. Me arrepentí de alguna. Hice caso a mis instintos todos los días del año. Algunos días estaba equivocado. Crecí por dentro, aprendí de la tristeza, y me hice amiga de la soledad. Vi Lost la mitad del año. Recordé playas hermosas, el mar siempre llena todos mis recuerdos. Tomé café para desayunar todos los días del año. Aprendí a vivir sola. Love of Lesbian me hizo soñar, Vetusta Morla gritar por dentro "hay tanto idiota ahí fuera". La mitad del año soñando, la mitad del año viviendo. Aprendí que hay cosas que mejor no soñarlas, porque pueden hacerse realidad.. y también deshacerse. Y duele. Tuve los días más intensos de mi vida. Y llego a la conclusión de que seguiré poniendo el corazón en todo lo que haga, aunque con los años esté un poco más cansado. Gracias a los que me hicisteis reir. Los que compartisteis mis días. Los que están, los que se perdieron por el camino. Gracias por todo.
He sido feliz gracias a vosotros, y espero seguir siéndolo.
http://www.youtube.com/watch?v=PsXhQfIZD2c - a sonreir!

Días azules.

En aquellos días todo había sido demasiado perfecto. Azul. Recuerdo como el viento despeinaba mi pelo y me enfríaba la nariz. Como los granitos de arena se movían en un baile lento, y dentro de mí sonaban mil canciones. Había estado muchas veces en aquella playa. Adoraba visitarla en invierno, y quedarme en silencio mirando hacia el infinito. El frío congelaba mis manos, mientras las movía para que entraran en calor. Era un día muy azul. Las distintas tonalidades se entremezclaban formando un universo de azules, yo sonreía. Para llegar, había tenido que coger dos trenes desiertos, no era un día para viajar. Pero allí estaba yo, cuantas veces había hecho ese trayecto y que distintas habían sido todas. Había un hueco a mi lado, ya no llevaba medias de colores, y tenía un poco más cansado el corazón. Cuando cambié de tren, estuve cinco minutos sentada en el banco donde siempre sabía que aquel día iba a ser especial. Parecía que estaba escrito en el respaldo, y yo lo leía y asentía. Soplaba el viento pero el sol calentaba mis piernas. Me puse a fotografiar mi sombra por miedo a que se escapara, y me encontré sonriendo. Había conseguido vencer a la nostalgia, sólo quedaba una nostalgia dulce. La que te hace saber que llegarán momentos increíbles que podrán derrumbar todos los anteriores. Haciéndolos pequeños en el universo de la memoria. En ese mar, sentada en un banco mirando hacia el cielo, conseguí vislumbrar uno de los secretos de la vida. De la memoria. Sobre cómo conservar los recuerdos sin que haga daño rememorarlos. Se necesita papel transparente, una caja azul y ganas de vivir. Las siguientes 24 horas fueron especiales. Dormí en una habitación azul con vistas al mar. Y me desperté contigo mientras me cuidabas. Me escondí al fondo de tu pecho y supe que ya no querría irme de él nunca. Ahora cada vez que veo el color azul, se que va a ser un día especial. Y tengo suerte porque cielo y mar son azules, y adoro perderme en ellos. Cierro los ojos : Hoy va a ser un día azul.

veinticuatro.

Angustia frente a la televisión. Galas sin sentido. Felicidad por todas partes menos dentro de mí. El sinsentido de esta fiesta, si Jesús ha nacido a mi me da igual. La cena se enfría y cada vez hay menos gente que crea en esto, todo cambia. Todo. Recuerdo cuando era pequeña y era todo más fácil. El árbol de Navidad muy pequeño, los regalos baratos, la casa pequeña y con ratoncitos en el desván.. pero había ilusión. Ahora no queda nada. Ya no se si lloro por la cebolla o por lo triste de este día. La nostalgia de los que no están, de los abrazos que me gustaría dar y lo lejos que tengo a personas que quiero. Y el teléfono se deshace con una voz a otro lado, la vida cansa, ya nada va a ser lo mismo. Que triste se antoja el mar, las calles, solitarias, las ventanas con luz. Que frío hace fuera, y como me congelo aquí adentro. He pasado muchas nochebuenas y ninguna cayó en 24 de diciembre. Como pesa la vida cuando pasa. Como duele recordar. Como quema la nostalgia cuando te va quemando y sólo te quedan trocitos de recuerdo que si piensas, ya no tienen ningún sentido. Mirar hacia el fondo del pasillo y verte sólo a tí. Recuerdos al cielo, te mando un ramo de nubes y besos, por aquí todo sigue igual.. de triste. Y cada 24 te recuerdo y se me encoge el corazón. Y cada jueves 24 me vuelvo a apoyar en el marco de la puerta sin creerme que te hayas ido, y se vuelve a empapar todo. Por este suelo no hay quien nade, y aún tengo resto de olor a cebolla en mi nariz. Y a ver quien para ahora de llorar.. y que pasará si me ahogo.

Huele a frío.

El mundo es como una gran bola de nieve, ha llegado la navidad. Papa Noel espera con sus renos para llenar de felicidad el mundo. La gente apura sus compras, sus vestidos para la última noche del año. Que zapatos quedarán mejor, con cuales sabrán caminar toda la noche. El frío amanece con el sol en casi todas las ciudades de España, cuesta dormir porque con los pies fríos todo es más dificil. En este mundo caleidoscopico todo gira y da vueltas. La vida amanece fría como los días, aunque a media tarde recibe un poco de calor en forma de besos. Gira, todo gira. Regalos de ida y vuelta, besos de ida y vuelta, personas que se quedan y otras que se van. Palabras que se transforman de un año para otro. Todo pierde significado, al pecho le cuesta respirar, las canciones tienen las palabras adecuadas. Como me gustaría vivir en un faro con una habitación perdida entre libros, con un gato enorme sobre mis pies. Un escondite con vistas al mar. Que dificil es el lenguaje de las palabras y qué facil el de los gestos. Experta en meter la pata y decir cosas fuera de lugar, pero con el corazón puro. No sabe de formalismos, sólo hace lo que siente. Quizá debería aprobar un master de contención. Porque no es capaz de contenerse y al final un torrente de palabras llena el mundo que la rodea, palabras, nieve, y apenas se puede salir de casa. El paraguas no aguanta tal terrible vendaval. Los muñecos de Navidad aguantan como nieva sobre sus hombros mientras se hiela su naricita de zanahoria. Los niños miran a través de la ventana como todo se cubre con un manto blanco. Todo parece más puro, más mágico. La bola de nieve tiene una melodía melancólica que lo envuelve todo. Sólo queda cerrar los ojos y soñar. Soñar con que la vida sonríe tanto como la gente por estas fechas, que cada regalo es una ilusión envuelta de alegres colores. Los abrazos en estas fechas deberían durar todo el año. Cada invierno es diferente y eso es un hecho. Cada año me ilusiono y desilusiono más, pero es parte de la vida. Y esta Navidad no se me encoge el corazón cada vez que piso las calles.
Y eso es bueno, y tú el culpable.
sssh, escucha

A salvo.

Sombras reflejos. La noche se esconde y las mañanas son tan frías que los pies se hielan bajo la manta. Vuelve a ser un día azul. No hay nada mejor como escuchar Quique Gonzalez la mañana de un sabado frío, frío y azul. He de decirte que para matar tus miedos sólo tienes que coger mi mano y no soltarla nunca, mirarme a los ojos y adivinar todo lo que te quieren decir. Se esconden palabras en mis retinas, y el final de mi espalda de vez en cuando te dedica un te quiero. Quiero que busques en mis rincones y resuelvas los misterios que esconden mi cuerpo. Todo está a la vista. Todo está tan claro como este cielo. Si te digo que contigo iría al fin del mundo quiero decir que viajaría contigo a donde me dijeras sin apenas equipaje. Sin ropa, sin calzado, con una maleta llena de sueños. Nunca te digo que el café es el más rico del mundo aunque a veces las cafeterías no sepan hacerlo. Adoro ver la calle, la gente que pasa con prisa, presos de la rutina. Compartir lo cotidiano de los días. Hay días que terminan con lluvia, otros soleados, noches frías, niebla rodeándolo todo con sus poderosos brazos, la meteorología siempre es favorable si termina con un : "frío por el norte, pero A. a tu lado". Tienes el corazón tan bonito que sólo quiero quedarme en él. Y ver desde allí la lluvia, el frío, a salvo. No necesito más que saber que aparecerás de imprevisto y me llenarás de besos, y que 500 días juntos son muy pocos.. Que nada es rutina, que lo único que se parece día tras día es que nos comemos por dentro, y sonreímos por fuera. Lluvia de canciones, lluvia de besos, que no necesito nada más que saber que estás tan loco como yo por tí.

¿Sabes lo mucho que.. ?

¿Sabes cuando sabes que estás vivo? Cuando las estrellas a las 5 de la mañana te pillan sonriendo en el escalón de un portal. Entre los brazos más bonitos del mundo, sitio en el que llevas más de 48 horas, y con ganas de más. Cuándo la risa estalla y se esparce por el aire todo se convierte en magia y poesía. La gente mira y dice: cuánto amor, y ay de nosotros que lo sentimos.. que no tenemos ni palabras para definirlo. Un beso le sigue a otro y están lloviendo abrazos. De los de película, cuando hay que coger carrerilla para poder caer en la otra persona. Y caes, y es la mejor caída. Notas como un cuerpo de rodea y ya no sabes cual cuerpo es cual. Cuándo la sabana se desliza por la cama, hace frío pero no lo notas y sólo te importa bucear por los mares del deseo.. hasta que todo se vuelve de colores. La habitación podría ser cualquier lugar del mundo. Mi sitio favorito si tú estás a mi lado. Mi chico fabuloso. La bañera llena de agua, mi cuerpo apoyado levemente sobre el tuyo.. y los ojos cerrados. Besos lentos, húmedos, el agua se enfría a nuestro alrededor, nosotros arrugados, felices, sonrientes. Y el mensaje en el espejo del baño que me dice que me quieres, cada día más y que soy tu princesa.. Tenemos tantos planes por hacer que quizá el verano que viene amanezcamos en una vieja furgoneta al lado del mar. Quizá viajemos hasta pisar todos los lugares del mundo de la mano. Tenemos mucha vida por delante y mucho sueños sin cumplir. Cierra los ojos, piensa en mí y sonríe..

El paso fugaz del tiempo.

El paso fugaz del tiempo. Un día te despiertas con veintiún años con ganas de quedarte entre las mantas una semana, con el único plan de tenerte cerca para siempre. Tarde o temprano las luces de los bares por la noche cansan, y siempre preferiste un buen paseo por un lugar bonito. Con tranquilidad, y frío, pero con guantes y alguien de la mano. Te llega a agotar el tiempo que parece que pasa sin dejar huella, y no tener una cámara para poder retratar todo. A veces te sientes en una burbuja lejos del mundo porque te cuesta comprender lo más elemental, y sin embargo eres capaz de imaginar más que nadie. Hay mundos que no están hechos para mí. Las cafeterías los sábados por la tarde están llenas pero si eso me hace seguir paseando de tu mano no es un problema. Hace frío, te doy el beso de entrar en un lugar abandonado, el de subir un escalón, el de salir de un bar, el de acabo de saltar a tus brazos y por suerte no he resbalado. Agotan los segundos que pasan sin gritar, los minutos que saltarines corren para convertirse en horas. El paso del tiempo y que siempre esté lloviendo. Los encuentros fugaces en el tren de la rutina, cuándo te das cuenta de que todo acaba por significar nada. Y concluyes que lo más importante es el presente porque el pasado son sentimientos muertos. Cuando los libros ya no dicen nada, cuando no crees mis palabras. Si iría a la luna por tí y se lo he dicho ya a ella, que cualquier día me encuentra sentada allí esperándote. O daría la vuelta al mundo al globo, ahorraría para comprar billetes con destino Tokio. Que tengo ganas de darte un beso a todas horas, y que sólo importamos nosotros en este mundo de locos, porque los más locos somos nosotros. Si me dan a escoger, te prefiero a tí bajo las sábanas antes que cualquier cosa. Cerrar los ojos y que el mundo siga su curso. Me cansa que las luces de navidad me hagan ponerme nostálgica, pero no sabes lo que adoro que me digas : la navidad es bonita, y si estamos juntos aún más. El chocolate caliente de tus labios. Que los segundos que pasamos juntos sí dejan huella, y tenemos una casa en un pueblo costero que tiene un almacén lleno de nuestros besos. Y la luna lo sabe todo, y ayer salieron las estrellas para juntarse y escribir mensajes en el cielo. Todos mis susurros estaban escritos en el cielo. Y el más grande decía: No tengas miedo, yo seguiré aquí..

Feliz cumpleaños C.

Veintiún años y el corazón como si tuviera quince. Este año he llorado y reído a partes iguales, pero aprendi que lo más sabio es hacerle caso al corazón aunque luego los sueños se deshagan. También, que cuando menos te lo esperes aparece alguien y te salva, que hay personas que lo darían todo por hacerte sonreir. Que siendo como soy seré feliz pero tengo que tener cuidado con lo que deseo. Que la gente que me quiere seguirá ahí aunque algún día tenga la cabeza entre las nubes y otro día me sienta una mujer gris. He soñado más que nunca, he tropezado con la realidad más veces que nunca. Un día lo veía todo azul, otro día era todo negro. Pero desde hace más de cien días tengo a una personita que hace todos mis deseos realidad. Se puede decir que es mi mago particular. Y toda la magia la tiene dentro, no necesita ninguna varita mágica. Y así, ¡quien no es feliz! Gracias a todas las personitas que habeis compartido conmigo estos 365 días, cada momento con vosotros fue especial, fuera el que fuera. Los viajes, los aeropuertos, los aviones, el verano, la playa, los cafés, las charlas en clase, las noches, las mañanas, candás, vosotros sois los que me haceis ser feliz.

Mi plan para el próximo año es seguir cumpliendo sueños, dar la vuelta al mundo sin moverme de donde estoy y seguir teniendoos cerca. Fotografiar cada cosa que vea, y volverme loca con los arcoiris. Escribir cuando algo me duela y borrar todas las lágrimas. Y seguir a tu lado..

Y estallar, pero de felicidad.

Guardo entre mis manos tanta ilusión que soy capaz de soñar con todos los colores del mundo aún sabiendo que mis retinas no los apreciarían todos. Y ya ha llegado la navidad a las calles.
Prometimos pasear por la mañana pero nos quedamos comiéndonos el alma, y ahora esa cama tiene tantos besos que no le caben más. El salón esconde te quieros en sus paredes, y a mi sólo me gusta perderme entre tus brazos. Que ya tengo una parte de tu piel con un tatuaje con el contorno de mi cabeza y el pelo enmarañado entre tus dedos. Que aprendimos a gritarle al aire que el frío nos lo quitamos con sólo mirarnos y no importa donde nos sentemos, que nos cogemos de la mano. Apoyados en el arbol del amor, mientras anochece en el parque, grabando en nuestra piel ese momento. En un sofá de una cafetería alejados del universo, mientras todo sucede pero nada a la vez. Y paras el tiempo cada vez que me susurras que somos infinitos, claro que lo somos, eso y más. Aprendimos a tocarnos con el miedo entre los dedos y no me canso de decirte que ahora sin tí todo sería tan gris que el arcoiris se moriría de tristeza. Como yo, claro. Apareciste una noche de verano volviendo mi mundo patas arriba, haciendome reir como nunca. Escuchando cada una de mis historias como si fueran las más importantes del mundo. Te reías de mi risa, querías que no me separara de tu lado. Me regalabas sueños. Y todas las calles ahora llevan nuestro nombre, sonreímos en tantos lugares que ahora las calles nos sonríen a nosotros.

Tu Clem adora cuando la besas despues de tomar chocolate, y cuándo la abrazas tan fuerte que por un momento se le olvida respirar. Adora esos instantes en los que piensa: Joder, que feliz soy. Y una sonrisa se le escapa entre los dedos.

Estamos vivos.

El frío se deslizaba de mis manos a mis ojos y viceversa, pero un frío diferente. Hay frío que te congela por dentro y frío que sólo te recuerda que estás viva. Ver como la lluvia choca contra tu rostro, y tener a alguien que besa esa lluvia. Tener a alguien a quien coger la mano cuando crees que vas a caer. Cuidar un buen principio para un final eterno. Mirar el fuego de la chimenea queriendo arrojar en él todo lo que no nos hace felices. Los momentos que no merecieron la pena.. y quemarlo todo. Quemar el pasado que me hace tener miedo. Y avivar los lunes noche, los abrazos bajo mantas ajenas, los besos al principio y final de cualquier camino. No soltarte nunca por si algún día decides soltarte para siempre. El fuego de la chimenea logra calentarme las manos, y puedo mirarte sin saber que tú me ves. Pensando : Ojalá nunca tenga que quemar estos recuerdos. Estoy cansada de soñar y matar los sueños. Esta vez, sólo vivo la realidad. Despertar con un "Buenos días princesa" hace todos los días especiales. Tenerte a mi lado mientras mojo el bizcocho en el café caliente. Recostarme en tu pecho contándote todas las veces que quise ser feliz y saber que tú me harás siempre. Cenar en un restaurante hablando de todo y de nada, del amor que se respira en el ambiente y del que tenemos dentro.. Si yo soy la más guapa entre las guapas tú eres lo que siempre quise. Escondida en tu cuerpo todo parece mejor. Y pasan las horas sin verte y hablando con mis labios me han dicho que echan de menos a los tuyos.. y mi mano que no sabe caminar sin la tuya. En la hucha de los viajes meteremos las ansias que tenemos de vivir. Vivir juntos. Y en nuestros ojos depositaremos las ganas que tenemos de estar juntos. En los labios tantos besos que no caben.. Y en la cajita de los sueños los más grandes: los reales.

En un viaje interminable..

No importa lo lejos que quieras escapar, te acabará encontrando. Aunque dudes de los días azules, aunque creas que los recuerdos la echarán abajo. Aunque seas más de valorar los momentos cuando ya pasaron, aunque llores cuando nadie te ve. Llegará, te arrebatará todo lo que piensas y no serás capaz de hacer otra cosa que sonreir. Aunque hayas pasado cien días grises, y hayas visto pasar las horas muertas en aquel andén. Sé que fuiste capaz de sonreir dos dias en un año y creíste que nunca más pasaría, también que lees novelas que terminan siempre mal. Crees que todo es efímero porque te lo arrebataron todo. Esta vez no será así. Habeis trazado un plan perfecto con su nombre y el nueve parece un número mágico. He visto en tus ojos que sabes parar el tiempo y que pretendes conquistar el universo. Os he visto caminar los domingos sin rumbo, como quien escapa de algo y no sabe a donde ir. Como si quisierais escapar de este mundo para crear uno vuestro, irreal, y perfecto. En el que las meriendas son deliciosas y los relojes se derriten para dar paso a otro tiempo que no existe.. más que en vuestras manos. Llegará, derribará todos tus recuerdos para dar paso a otros nuevos. Volverás a creer en los finales felices, o simplemente en que no existen. Sabrás que cada momento es especial, os perdereis en la última fila del cine llenando la película con vuestros besos. Sea cual sea, terminará siendo de amor. Porque ya habeis paseado bajo un cielo de estrellas azules, viajado por Tokio, tomado chocolate caliente, viajado en el espacio-tiempo.. porque habeis sido capaces de sonreir sin que importara nada más.
Y eso tiene nombre.
Y la felicidad os terminó encontrando.

A ella le faltaban besos, le sobraban desilusiones y sólo quería escapar. El tenía una nave azul y un corazón con el que cumplía sólo sueños. Y se habían embarcado en un viaje interminable, de estrella a lunar y de lunar a estrella.

Buenos días, mundo.

Levantarse con el olor que te despertaba hace años. Mientras la leche está hirviendo en el cazo más viejo del mundo y el café se hace, en la televisión aparecen dibujos que te hacen sonreir. Te sientas, en el mismo sitio de siempre.. quizá unos años mayor, con la vista más cansada, las manos más curtidas, la sonrisa menos ingenua. Coges la taza que te calienta las manos, las mantienes ahí. El cielo está mañana está azul y luce el sol. Se respira tranquilidad mezclada con el humo de alguna chimenea, alguien trae el pan de la mañana, tierno como siempre. Esta mañana no tengo otro plan que pasear y hacer alguna foto. Ver si sigue todo verde como siempre, si hay algo diferente en el cielo y si la gente sigue saludando por la calle amablemente. Si los niños han crecido, si siguen jugando al lado de mi casa al balón. Si hay algún color diferente en el ambiente. Contar los olores, las pisadas, observar de que manera se posa el sol por los tejados de las casas. Desde mi ventana se sigue viendo lo de siempre, cada vez quedan menos gatos que se dejen acariciar, pero no pierdo la esperanza. Se sigue acercando alguno timidamente, tienen miedo a los forasteros, un miedo irracional. Hay uno al fondo de la calle relamiendose los bigotes, acaba de tomar un cuenco de leche caliente. Un manjar, el desayuno de los sábados. Siento una extraña calma en mi interior. Como si aquí, en este pueblo alejado de la realidad todo lo que pasara no importara. Ni el pasado ni el futuro.. apenas el presente. Me logro despojar de todo lo que me daña y aprendo a valorar más lo que me hace feliz. Ahora se que no se que sería de mí sin los abrazos de película. Sin el hilo musical de fondo, las noches de cine improvisadas, el café, las tardes de domingo, el mar, sin tenerte cerca. El suelo empedrado me da respuestas, este olor que creía olvidado, el café de la mañana entre mis manos. Soñar mirando hacia el techo sin nada más que yo misma. Teniendote lejos y cerca a la vez. Porque ya vives dentro de mí.

Buenos días.

Desde que la lluvia no es triste..

Esta semana no ha dejado de llover, los paraguas volaban y la gente mojada volvía a casa refunfuñando. Paradojicamente, las calles estaban más preciosas que nunca. Los charcos reflejaban el cielo gris, y podías encontrar en ellos tus sonrisas olvidadas, imágenes de felicidad perdida y encontrada. A cada paso que daba la ciudad se encogía. El entramado de arterias que son las aceras respiraban con dificultad. El frío lo envolvía todo con una capa de misterio. Habría sido un día perfecto para un crimen. El día que asesinas todos los recuerdos dolorosos, que lanzas por la borda las veces que lo intentaste y no fue a ninguna parte. Un buen día para empezar de cero y pisar en cada charco desilusiones. En las cafeterías había gente solitaria que prefería un buen café y esperar que amaine la tormenta. Ellos aún no querían empezar de cero, el periódico del día les distraía de su vida. Lo mejor cuando no quieres pensar en ella es perderte en las vidas ajenas. O en noticias ajenas, o en la columna de la última página. Y al llegar a casa, silencio, pero esta vez es un silencio diferente. Vuelvo cargada de lluvia en los zapatos y con el corazón limpio dispuesto a ir de 0 a 100 en un segundo cuando te vea. Cada día me gusta más que llueva, y encontrarte de mi mano cuando paseo. Y que aparezcas en mi puerta con una sonrisa dispuesto a alegrarme los días y las noches. A partir de ahora la lluvia serás tú. Ya nunca más será triste, saltaré entre los charcos de tu mano, que si nos empeñamos acabamos volando por entre este cielo gris..

Si se acaba la gasolina, me muero.

No importa amanecer en una cama desconocida si cuando miras por la ventana hace sol. En el techo se refleja un arcoiris que sospecho ha creado mi sonrisa. Nos comemos el alma con los ojos y con las manos, y jugamos a no depender de nada ni de nadie. Amanecemos cada día en un lugar distinto, nunca sabemos a donde nos llevará la vida pero siempre que a mi lado estás. Vemos a los personajes de nuestras series favoritas por todos lados y encontamos frases de película cada vez que nos miramos a los ojos. El amanecer más bonito del mundo. Las tardes de domingo infinitas y tan cortas a la vez.. que terminan con colacao calentito y los ojos semicerrados. Conquistar el mundo sin movernos de la cama, arcoiris en mis manos y en mis ojos. Desayunar felices, comer sonrisas y merendar sueños olvidados. Yo, que tenía tantos sueños por cumplir y tú quieres cumplirlos todos. Hacerme la chica más feliz del mundo de lunes a domingo, aunque el lunes me cueste levantarme y el domingo acostarme. Aunque la rutina quiera volverme gris, ahí estás tú para pintarme de colores. Desde que veo la vida desde tus ojos todo es más fácil. No importa nada de lo que pase si al final termino en tus brazos.. Aquella historia que te conté entre susurros, la de dos almas que llevaban buscandose toda la vida y por fin se encontraron, la de los mejores besos del mundo en la comisura de los labios. Ella era experta en finales tristes y esta vez planeaba dejar a la historia sin final. Se quedaría todo en el aire, mejor escribir la historia día a día. Mejor escribirla en tu espalda en esos abrazos en los que paramos el tiempo, y perderme en esos ojos tristes que me hacen tan feliz..

No te vayas y te lleves los colores. Aún tenemos que viajar en globo, pasear por Tokio, visitar un cementerio un domingo al mediodia, comprar mil postales, pasear por las calles de Oviedo, conocer todas las cafeterías los lunes a las 9 de la noche. Tomar chocolate caliente de nuestros labios, y rozarnos el corazón cada vez que nos besamos. Tenemos que amanecer en sitios desconocidos, dar vueltas y burlar al destino siempre que podamos. Y sobre todo soñar, soñar siempre juntos..

Corazones de gominola para merendar.

Esta mañana dos coches hacían el amor en la puerta de mi casa, uno se había quedado sin bateria y el otro le estaba dando toda su fuerza. Entre las personas de la ciudad no había nadie que sonriera más que yo, a esas horas a las sonrisas les cuesta salir. Dibujé palabras en el cristal del tren, dibujé por todas partes corazones porque este mundo está falto de amor. Me sorprendí con un abrazo en unas escaleras, uno de esos que paran el tiempo. Intenté pararlo dando uno verdadero, lo conseguí. Por un momento se congeló todo el movimiento. Corrí hacia unos brazos abiertos y salté, como en las películas pero real, cuanto mejor.. Grité en silencio, lloré de felicidad. Te regalo mi corazón, cósemelo con el hilo musical que quieras, pero bonito, coselo bonito. Corrí por los pasillos del centro comercial sintiendome más viva que nunca, si vivo gracias a... Ultimamente el cielo siempre está azul y tengo para merendar corazones de gominola. Me duermo pensando en... y me despierto deseando que algo me una a.. y todo empieza y termina en tí. Estás en el sol, en el peluche que me arropa cada noche, detrás de mí, rodeándome, caminando a mi lado prometiéndome el mundo entero. Esta noche colocaste las estrellas para mí y me regalaste una película de Tokio. Yo te regalé una parte de mi vida que lleva tu nombre y tú me invitaste a vivir en una casa que no es nuestra pero lo será algún día. Yo te susurré lo que ya sabes con sólo mirarme a los ojos y me abrazaste más fuerte que nunca.
El mundo ya es nuestro.

Cuídalo..

Viajar sin movernos del sitio.

Tanto girar, tanto llenarnos los pulmones de vida. Las personas en el tren absortas en la rutina de siempre, la gente de la calle mirando siempre hacia el frente, los edificios que nunca se cambian de lugar, el camino que hacen los pies, la música de la calle llenando nuestros oídos, el sol, el sol iluminando.. La vida. Lo importante de decirnos lo que sentimos con los ojos y con las manos. Una cama alejada del mundo en la que el tiempo no pasa aunque las agujas de los relojes se muevan. Tanto girar por dentro, todas las sonrisas que me dibujas, la vida. Planear dar la vuelta al mundo en un globo con provisiones para una temporada, besos, abrazos y café. Querer morirnos de amor entre las nubes, tu espalda interminable. Mano sobre mano, la curva de tu barbilla, dormir en tu ombligo. Tanto sentir, ser la más feliz. Viajes interminables sin movernos de mi edredón. Coger el avión de la lámpara del techo y aparecer en cualquier lugar porque el lugar siempre es lo de menos. Si algún día faltas te buscaré más allá del tiempo, te encontraré donde viven las palabras más bonitas del mundo.
-Celia..
-Que..
Lo importante de valorar estos momentos, en los que no importa nada ni nadie, solo el ahora. Siempre seré Clem, loca irracional, pero esta vez sin querer borrar ningún recuerdo. Nos vemos cada día para comernos por dentro.

50 horas después..

50 horas después seguían juntos. El comienzo de la historia fue inesperado, pero es cierto que las mejores cosas aparecen siempre sin avisar. Sus primeras fotos juntos habían salido de una cámara de plástico, una noche de verano en la que sólo importaba sonreir. Ahora, más de 80 días después la felicidad se notaba en el ambiente. Había pompas de colores que reflejaban las luces del atardecer, un banco de madera al lado de un río.. por el que discurrían sueños. Por más que se había resistido estaba cayendo y sin remedio. Sonreía sin motivo. Y eso es lo peor o mejor que te puede pasar. Siempre había un diálogo de película para describir el momento "Que suerte hemos tenido al encontrarnos" El mar por la noche contaba los secretos que absorvía durante el día, el café por las mañanas era el mejor del día. Le traía una bandeja llena de besos cuándo amanecía, y al final se desayunaban sin abrir la persiana. Al salir a la calle, todo era de otro color, de mejor color. Los susurros se perdían entre los libros de aquel salón desde el que se veía el mar. El agua de la ducha resbalaba por dos pieles a la vez, y el espejo del baño era mágico. Aparecían letras que juntándose formaban las palabras más bonitas del mundo. Siempre hasta quedar sin aliento, cada minuto más felices. Y 50 horas después comenzó a llover, recordándonos que estamos más vivos que nunca. Que las historias que comienzan así son las que nunca tienen final. No importa las veces que resbalemos, lo que perdamos por el camino, si el tren va o viene, lo importante es saber qué tenemos y valorar cada momento. Y este sin duda es especial. Hasta dentro de diez mil años..

Lo que dice mi silencio.

Todas las despedidas son tristes, después de haber compartido un café en la mesa de siempre. Después de habernos enredado en el hilo musical y navegado por algun mar inventado. Después de tener tu sonrisa a dos milímetros de la mía creciendo, acercándose cada vez más al colchon. De que tus brazos me escondan del mundo exterior y quiera quedarme
ahí para siempre. ¿Donde querrías estar ahora? Aquí. Para que esperar 25 años suspirando como en aquella película. Que miedo da sentir y cuantas hormigas pasean por mi estómago. Si la última fila del cine hablara te contaría en silencio todo lo que dice una mirada. Esta mañana el sol me dió los buenos días y sonreí. El cielo está azul. Las estrellas que no hay en el cielo las tienen tus ojos. Después de hacerme sonreir como nunca probamos a encontrarnos bajo las sábanas de una cama desconocida y me quedé casi dormida. No encuentro mejor momento para decirte con silencios lo que mis labios no se atreven a decir. Descifra mis silencios porque en ellos lo digo todo. Mírame a los ojos y piérdete conmigo. Quizá en unos días amanezcamos juntos con olor a salitre, y nos demos los buenos días con miradas de mar. Es posible que salte por el pasillo de esa casa con mis zapatillas nuevas de lunares. Que me cuelgue de tu cuello y no te suelte en más de 24 horas, puede que nunca te canses de tenerme cerca.. puede que cenemos ojos y labios, o un buen plato de arroz. Puede que por la noche paseemos contándonos historias, y recordemos aquel amanecer multicolor donde hace más de dos meses te conté gran parte de mi vida. Y sigas escuchándome, riéndote conmigo y diciéndome : yo sólo quiero hacerte feliz si me dejas. Y yo te dejo, como no te voy a dejar..

Despertar con olor a mar, que ganas de tenerte cerca.

Hasta dentro de diez mil años.

Existe un lugar donde puedes servirte la cantidad de café que desees y cuantas veces quieras. Dónde todo está lleno de colores y los cocodrilos llevan mochila y vestido azul. Los armarios son de cuento, las camas las mejores y está todo amueblado acorde con los sueños de cualquiera. Si miras arriba sólo ves cielo azul. Si miras abajo el suelo se convierte en poesía. La contraseña para abrir cualquier mundo es : te querré hasta dentro de diez mil años, y nada caduca. La alegría es eterna, y si coges a alguien de tu mano es para siempre. No tienes que deshacer y crear nuevos recuerdos porque tan sólo existe el presente. El mejor. París es una habitación y el mar sale por el grifo del baño haciéndote soñar más que nunca. Si quieres puedes vivir al lado de un faro o lejos de la multitud, afuera todo serán gritos mientras tú sólo gritas por dentro felicidad. Que estalla, se contagia por el mundo y convierte todo en sonrisas al revés. Sonrisas con piernas que corretean por el mundo. Perdona si no soy capaz de planear más allá de un par de meses, la vida me enseñó a vivir el día. Y todos son especiales. No importa si la gente nos mira extrañada si una araña gigante me ataca en medio de un centro comercial. Tampoco que últimamente sólo vea películas japonesas, sus protagonistas están aún más locas que yo.. y sería capaz comprarte peces todos los días y llenar tu pecera sin que tú te enteraras. Mirarías extrañado, y le preguntarías al despertador si fue testigo de algo, porqué se retrasa, y si tiene algo que ver con la tristeza. Quizá te responda: Llevo mucho tiempo deseando parar el tiempo y creo que lo estoy consiguiendo. El misterio de los peces es otro tema. Hay una extraña mujer que se cuela y salta encima de tu cama imaginando una vida contigo. No hace falta que me regales un cocodrilo con mochila, ni que el café sea interminable, tampoco a donde vayamos porque cualquier lugar donde estemos será París. Los parques celebran el día del amor, los bancos abrazan a las personas que tienen encima, los árboles siempre señalan el infinito.. Y por mucho que me empeñe en ser pesimista, sonrío como nunca. Quizá esto no tenga fecha de caducidad. O sí pero dentro de diez mil años..

Los miércoles de lluvia.

Hay un satélite que lleva nuestro nombre y nos manda bonitos deseos cada noche que le vemos. Ilumina y siente cuando nosotros sentimos, y llora cuándo se nos encoge el corazón. Es lo único que se ve desde este cielo, y nadie sabe que es nuestro. Hay bancos testigos de los sueños que dejamos mientras nos arrancamos la piel a mordiscos, y sabores que dan vueltas por nuestro paladar. Felices. Hay manos que llegan a tocar el alma y palabras que avivan la alegría. Buenos sentimientos y sentimientos verdaderos. El beso de antes de subir al autobús y el que te mando desde la ventana. Gente loca que anuncia en el periódico todo lo que le sobra en casa, yo ya no quiero vender mi corazón.. Quizá prestarlo si lo sabes cuidar. Yo colecciono recuerdos y nunca se me ocurriría anunciarlo en el periódico. "Se venden imágenes del mar con caricias olvidadas, o las calles de Oviedo más bonitas que nunca de su mano" Prefiero regalar momentos y crear nuevos recuerdos. Se regalan sonrisas bajo la farola, miradas brillantes directas a tu corazón. Se prestan los dedos de mi mano por si te apetece cogerlos, así no me pierdes entre la gente. O no me pierdes. Se hacen todo tipo de arreglos, estoy dispuesta a coserte sonrisas hasta la saciedad.
No quiero miradas tristes. Quiero que desayunes con una taza llena de colores y te acuerdes de mi todas las mañanas. Que pierdas el paraguas pero no te pierdas. Que seas siempre tú. Y te siga gustando la lluvia y pasear por las calles de una ciudad olvidada, que seas un cinéfilo, adoro las frases de película "Si no me besas ahora me pongo a gritar" Yo te mataría por venir sin avisar, sin libro de instrucciones, volviendo mi mundo patas arriba. Espero no tener que colocar uno de esos anuncios en el periódico regalando mi corazón. Los gatos tienen 7 vidas y mi corazón va por la séptima. No aguantará otra sacudida. Por algo está escondido en una cajita que pone Fragil muy al fondo. Por eso intenta disimular lo mucho que le gustaría decirte.. que lo diga el tiempo.
Adoro los miércoles de lluvia. Solo eso.

Volar.

Pompas de colores llenando el cielo. Pasear por las nubes sin destino alguno, seguir la vía del tren de los sentimientos hacia donde el aire nos lleve. O la lluvia. El café de medianoche sabe aún mejor que el de la merienda, y la gente pasea ajena a lo que pasa por el mundo. En Oviedo no hay estrellas, pero en una calle hay una fila de bombillas azules que podrían recordar cualquier noche estrellada. Clementine salta por las calles ilusionada, y se pierde en sus historias. Te cuenta las veces que sonrió, las veces que lloró y porqué lo hizo. El nombre de sus gatos, su color favorito y el miedo que tiene a vivir. Escribió tantos sueños y los dio por perdidos que tiene miedo hasta de ponerle el título al siguiente. Perdió el corazón por las calles tantos días de lluvia, buscó las estrellas por el cielo sin encontrar nada, miró por la ventanilla del tren queriendo desaparecer.. Vivió pendiente de otro corazón que no supo abrazar el suyo con suficiente fuerza. Hubo una temporada en la que no le saludaban ni los gatos. Todas las fotografías eran en blanco y negro. Y sólo tenía ganas de vivir, de volar. Las tardes eternas, los paseos solitarios imaginando la vida de las personas que se cruzaba. Y entre tantas historias, te cuenta que ultimamente se nota tranquila, feliz. Sabe que lo que tenga que ser, será, y se esfuerza por alzar el vuelo entre las calles grises de su ciudad.. hasta lograr tocar las estrellas. Aunque sean las artificiales. Para ella son estrellas. De repente en la ciudad todo tiene colores de fiesta. Le saludan los mimos por las calles dandole un beso en la mano y un caramelo. La música empapa sus oídos y la gente baila. Se respira felicidad. Clementine está segura de que todo lo que pasa es por algo. Algún día habrá estrellas de verdad en este cielo, los gatos le saludarán de nuevo y tendrá el corazón lleno y saliendole del pecho con cada diástole. Por el momento, las calles tienen colores y eso la hace muy feliz.

Mapa de los sonidos de Oviedo.

Acertamos a soñar porque es lo poco que nos queda. Entre el silencio de la noche, cuándo la ciudad duerme y sólo pasean cuatro personas por la calle se hace todo un poco más fácil. No hay coches contaminando el silencio. Casi se puede comparar con la calma que te da el mar, pero un poco más gris. El asfalto está lleno de emociones, y de insomnio en las pocas ventanas en las que queda luz. Algunos ven películas, otros intentan encontrar lo que perdieron mirando las farolas de la calle. Si adivinas la película que se escucha tras la ventana de aquel que no puede dormir, te doy un beso. Y si no, también. En las escenas del cine está la soledad de alguien que no sabe vivir sin ella. Las escenas de sexo en la habitación de un hotel que parece un vagón de metro. La música en los oídos en cada viaje, pensando en dios sabe qué. Si nuestra vida fuera una película ese momento sonaría La Vie en Rose de fondo. Porque hay momentos que están muy lejos de la realidad y más cerca que cualquier sueño. Y son los que nos hacen vivir. Aunque nos de miedo, y sintamos mariposas imaginando un futuro. Porque hay segundos que te atrapan por dentro y son los responsables de que nos brille la mirada. Las pequeñas cosas. El silencio en medio de la noche. Volver a casa sonriendo. Y ¿qué me dices de enredarte en las piernas de alguien y luego no saber soltarte? Grábame mientras sorbo el café y dedícate a escuchar mi respiración cuándo me extrañes, sentado en tu habitación mirando hacia el techo. Algún día comeremos en un cementerio disfrutando del silencio. Por el momento, las calles de Oviedo no están tan mal. Los barrenderos sonríen, la gente pasea, y todo está sumido en un profundo silencio. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba algo así..

Corazones medio llenos, o medio vacíos.

En las películas parece todo tan fácil, el beso de despedida se da en el tercer escalón de la escalera de casa y es fácil. Muy fácil. No hay medias tintas, o tintas y media. Cuándo se siente se siente con todas las de la ley y el protagonista es capaz de darle la vuelta al mundo por ella. Y ella haría lo mismo, y le recibe con los brazos abiertos en el aeropuerto. Sonriente. Feliz. El mundo se confabula para que la historia de amor salga bien, y la recuerden toda la vida como la más especial. En la vida no es así. Cuándo tu sientes, la otra persona no siente o prefiere olvidar. Cuando alguien se enamora de tí tú no te ves capaz de darlo todo. Y así vamos viviendo, olvidando y rehaciendonos por dentro. Recomponiendo los pedacitos que se llevan algunos, recogiendo lo que nos dan otros. Tal vez sólo se trate de comprender que la vida no es una película. Los hoteles de segunda clase con la escalera de madera y pared de terciopelo sólo están en tus sueños. Los gatos callejeros que sonríen cuando pasas están en tu imaginación. Absorver el mar de todo el universo y meterlo en una botella es un imposible. Los corazones suelen estar medio vacíos, o medios llenos pero de lágrimas. Las casas antiguas nunca albergaron las historias que imaginas. La gente solitaria que viaja en avión nunca tiene a nadie esperándole cuando llega. Los besos que se dan entre el agua de mar terminan deshaciendose en el infinito. Se hacen invisibles y vuelan hacia un lugar secreto. Que nadie sabe donde está. Los corazones dibujados en la arena se deshacen en la ola siguiente. Los deseos de las estrellas fugaces tienen una lista de espera de 250 años, nunca llegaremos a cumplirlos. Todo lo que llega, acaba yéndose. Todos los momentos acaban pasando y terminas tú. Sola. Mirándote por dentro y hacia el infinito a la vez.
Preguntándote en que punto del camino escogiste el equivocado, con qué piedra tropezaste, cuántos deseos echaste a perder, cuántas veces cosiste tu corazón.. y te das cuenta de que cada vez te quedan menos hilos. Que caminas en blanco y negro, y crees cada segundo un poco menos en las películas.

En ese paseo ocurrió la historia de amor más bonita del mundo. De película. Tan irreal que quizá nunca sucedió.

Summertime


































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Ribadesella, Madrid, Málaga, Barcelona, Salou... y el mismo sentimiento de armonía al ver cada amanecer y cada atardecer. Las olas que siempre me traen los mismos pensamientos, y la sonrisa que no se despegó de mi cara ni un sólo momento este verano.
Gracias.

Todo era posible.

Entre historias imposibles, las que intentan hacerse realidad entre el ir y venir de los días y las que sobreviven bajo los raíles del tren.. contaban la historia de una niña que quería crear su propio mundo. Lo intentaba día y noche, cogía elementos del mundo real y los colocaba patas arriba en el suyo. Allí bajo un puente al lado de un estanque de ranas, todo era posible. Las mesas caminaban, pero no con las patas. Los servilleteros de los bares bailaban swing y el café sabía a lo que tú quisieras. Café, hoy quiero que sepas a sonrisa, mañana a chocolate y pasado a él. Nadie necesitaba vestirse a la moda, la moda eran los colores. Todos estaban vestidos de colores. Las ranas jugaban al salto de la rana, y ganaba la que más alto saltara, los caimanes aplaudían con los dientes. Los gatos habían colonizado los tejados y usurpado pequeñas casas hechas a su medida. En los buzones, el nombre de cada uno. Se escribían cartas con los bigotes y viajaban a París con un billete que sacaban en una ventanilla de la luna. Volvían llenos de amour y se relamían las entrañas de lo felices que eran. Las personas se sentaban como los indios en sofás de terciopelo azul, tomaban cafés con sabor a.. y dibujaban lo que querían que se hiciera realidad. Con los ojos cerrados aparecías en una isla desierta con demasiado calor. Al segundo siguiente, en el mejor pueblo de vacaciones de la costa con un batido en la mano. Los recuerdos bonitos podían revivirse. La música estaba muy presente. Músicos callejeros, sabios de otro tiempo, trovadores, magos, haciendo el mundo un poco más bonito. La niña había conseguido reunir todo lo que le hacía feliz. Recuerdos bonitos, viajes en el tiempo, gatos soñadores, música callejera, colores, muchos colores, café con alegres sabores.
Felicidad en estado puro, atemporal.

Pero fallaba lo más importante, había días en los que no sabía como llegar a ese mundo y se hundía en el mundo real. Aquí la gente no viste con colores, los gatos no te miran al pasar y ya ni sueñan, solamente viven. Aqui nadie sueña. Nadie. Y ella quería seguir haciendolo con todas sus fuerzas. Tenía miedo de ser otra persona gris, de olvidar para siempre el mundo que había creado. Que no vuelva más a saber en que ojos tiene reflejado su destino, y que entre sus entrañas sólo encuentre miedo.. Y donde estará lo que le erizaba la piel...

Hoy quiero un café con sabor a viaje interminable.

Los ojos navegando por ...

La eterna soñadora de imposibles nunca se conforma con la realidad. Pese a adornarla con vivos colores, imaginarla a su manera y darle la vuelta a todo lo que encuentra en su camino, termina ganando la fantasía. La eterna batalla con el eterno ganador. La comunicación que de verdad consigue darle la vuelta al mundo tiene menos palabras que cualquier libro y entiende más de miradas, caricias y besos. He estado dando vueltas en espiral tanto tiempo que ni el despegue del avión mueve mis entrañas. Me da más miedo cuando el que despega es mi corazón sin destino alguno. Dispuesto a dar vueltas por el cielo hasta terminar el combustible. Tengo el corazón lleno de sal de aguas del mediterraneo, los pies llenos de arena fina y a mi pecho le cuesta respirar. Las luces del atardecer embaucando mi mirada perdida, un barquito que no sabe a donde va gira en mis pensamientos. Un día estás aquí y al día siguiente no recuerdas quien eres, cambias de nombre en cada madrugada pero sigues poniendo el corazón en cada cosa que haces. Te define el corazón en la mirada que a veces dudas si tirar a la vía del tren.. y a veces sin querer dañas los que tienes al lado. Tan inconsciente que te cuesta saber donde colocar tus pasos, no hay camino. El camino lo tienen que hacer tus pies. Y las heridas por pisar en el sitio equivocado pueden doler incluso años. Esperando que llegue el tren, dejándote mecer por las olas, suspirando por lo que se fue y por lo que vendrá, soñando con algo que nunca pasó y quizá nunca pase. Pura fantasía que te hace cerrar los ojos hasta que te duelen, y cuando los abres te das cuenta que dejaste ir la realidad para dar paso a algo que no existe. Igual ni tú existes, ni yo existo, ni nada existió. Quizá me pase la vida debatiendome entre la fina linea que separa la realidad de la fantasía, donde viven los trucos de los magos que son imposibles, la magia de las estrellas fugaces y las casualidades que recuerdas toda tu vida. En esa calle a las 13:35 con la mirada perdida, podía ser cualquier calle, pero era esa. La señora que caminaba mirando hacia el fondo te recordará siempre. En su sombrero guarda la primera mirada que cruzasteis. Intensa, muy intensa. Las primeras palabras que fueron hasta el cielo para luego volver al corazón. Escrito con humo de avioneta por el cielo azul. A medianoche se conquistan todos los países si dices su nombre en voz baja. Y yo tengo medio mundo bajo el colchón..

Sobre corazones grandes, sentimientos grandes.

Entre tantos días que se escaparon de mis manos están las historias más bonitas del mundo. Al principio de mis vacaciones conocí un mundo tan especial que te arranca el mismo número de sonrisas que de lágrimas. Lo más importante en ese mundo es sonreir de corazón, pintarse la cara de colores y tener el corazón dispuesto a llenarse de buenos momentos. Todo es sencillo, los besos y abrazos son la rutina de cada segundo. Todos son felices, y tú aún más por hacerles felices. En los paseos siempre hay que ir cogidos de la mano y un montón de niños grandes te cuentan sus inquietudes. Por mucho que la edad varíe, todos tienen la inocencia pura de un niño. Colorean, bailan, y quieren disfrazarse los primeros. Besan, abrazan, y saben que tener pareja es algo precioso por eso nunca le sueltan de la mano. Por la noche pasan estrellas fugaces y por la mañana aviones, y lo mejor de todo es que los deseos se cumplen. Es una burbuja alejada de la realidad en la que la mayor preocupación es escoger un disfraz bonito para bailar con él esa noche. Y da igual quien sea Cenicienta, o de que vaya vestido el de enfrente porque va vestido de arriba a abajo de sonrisas. Enormes. De música, de bailes, de regalos, y te lo demuestra con cada abrazo. Por la noche estás agotado y deseando dormir, pero al día siguiente en el desayuno recobras la fuerza. Y te repites a tí misma: Así es. Esto es la vida. Y cuánto mejor es cuando eres capaz de hacer feliz a tanta gente. Y ya tienes fuerza para bailar toda la noche. Y para escuchar como te cuentan cómo su sobrinito pequeño juega y que pulsera quieren comprarse ese día. Por todos esos niños grandes a los que llamamos discapacitados, que son más capaces que mucha gente. Que saben vivir haciendo lo que de verdad importa: repartiendo amor y haciendo especial cada segundo.

Gracias por todo.

Estoy de vuelta, con el corazón lleno de cosas que contar. Con más experiencias, sueños, pero con la mismas ganas de vivir de siempre. Intensamente. Dispuesta a hacerlo todo con pasión.

Cierra los ojos.



El miedo se revuelve en el estómago como una lavadora en su lavado más rápido. Si en vez de ropa hablamos de sentimientos los tengo todos girando en espiral mareados por culpa de la vida. Y tengo tantos sueños. Escondidos en conchas de mar claro. Cuantás más conchas, más sueños..
Días de colores. El secreto de los viajes en el tiempo está en cerrar fuerte los ojos.
Odio los trenes y los autobuses. Cierra los ojos y escucha.. ¿qué oyes?

Sal en la piel y conchas marinas.

Hay conchas de mar que cuentan secretos, en su interior se esconden misterios que no podrán ser nunca resueltos. Y si acercas tu oído a ellas y cierras los ojos escucharás un vaivén de deseos. Los que se piden cuando se cae una pestaña y los que simplemente se piden para seguir viviendo. Puedo hacer volteretas mortales en el agua del mar y aparecer al otro lado del mundo sonriendo. O atragantarme con el agua del mar porque en realidad le tengo miedo. Aún así, me lanzo a hacer volveretas sin pensar mucho en que el agua salada sabe realmente mal. La música en las calles aviva los corazones y a veces logran sonreir sin apenas darse cuenta. Y con las llaves de los extintores se pueden abrir mil mundos. Llenos de colores por supuesto. Llaves escondidas en cada uno de los establecimientos a los que entramos. De ahi su magia. Y encuentro gatos durmiendo apoyados en una ventana, y otros caminando por los tejados tejiendo sueños mirando hacia el infinito. Tengo una paz conmigo que me hace extrañamente feliz. Será cosa de los deseos que guardan las conchas marinas, o que mi piel huele a sal y el mar siempre hace conjuros extraños para que todo sea bonito. Y no quiero mirar atrás, me conformo con mirar el día de hoy. Y hoy hace sol, tengo el bolso lleno de llaves que abren mundos lejanos que iré abriendo poco a poco. Algún día apareceré en Tokio y recorreré las calles de Tokio Blues, y veré Olvidate de mí siendo Clementine Kruczynski más que nunca. Me reiré a carcajada limpia del peinado de la gente que camina por la calle y querré ponerme los vestidos de todas las niñas. Porque con vestido es todo más fácil, y si das tres vueltas en espiral y cierras los ojos, también se cumplen los deseos..

Crímenes premeditados.

Ella, la presidenta de los estados de ánimo. Un día feliz soñando como nunca y al día siguiente odiando haber soñado. La que juega a luchar contra el tiempo que se le escapa de las manos. La que se pierde entre mariposas y toma el café muy frío en verano. La que alarga las noches y los minutos se le quedan pequeños. Y cuenta elefantes en medio de la noche porque no puede dormir, le matan los recuerdos. Le matan y le reviven. Anhela escapar y sabe muy bien a donde, tambien sabe que es imposible.. así que intenta calmar sus ansias perdiéndose entre alcohol. Y acaba odiando el alcohol, los improvistos y la lluvia en medio de la playa. Se queja porque tiene algo de gripe porque llueve en medio de la noche, y tose emociones y estornuda sinsabores. Está más perdida que nunca y esta vez el mar no da respuestas, se agita cuándo algo aparece poniendolo todo patas arriba. El tiempo está volviendose loco. El telediario habla de un incendio que está quemando toda una montaña y ella se está quemando por dentro también. No sé que encontraría si se abre por la mitad. Un puñado de pajaros muertos que volaron hasta quedar exhaustos y cayeron al suelo. Quizá marionetas con los hilos enredados que ya ni hacen sonreir, ni sonrien ellas. Pintura desconchada, humo gris de todos los cigarros que no fumó, aire de todas las caricias que lanzó al aire porque sus manos no tenían a donde agarrarse. Crímenes premeditados de esperanzas e ilusiones. Asesinatos a sangre fría a medianoche, letras de canciones que no dicen nada. Que dijeron tantísimo que se quedaron sin voz.

Y en las paredes no hay señales, ni en el cielo, y el destino me aleja cada vez más de lo que dice mi corazón.

Y no paro de escuchar esta canción..

Un pais lleno de recuerdos.

Entre a un pais lleno de carcajadas, dónde los cafés se tomaban a pequeños sorbos y no había prisa por ir a casa. Por las calles estaba la alegría en forma de funciones de circo callejeras. Los niños aplaudían y se divertían mientras veían el espectáculo. Sentados con las piernas cruzadas soñando con que eso es la vida real. Por las mañanas, la arena me contaba historias colándose por todos los poros de mi piel. El agua salada purificaba mi interior y me arrancaba los malos recuerdos, me iluminaba los buenos recuerdos y me hacía cerrar los ojos. El cielo azul con nubles blancas me hacía imaginar mil formas, mil animales, mil duendes llenándolo todo de algarabía. El puerto me hacía desear querer marcharme con cada uno de los barquitos y aparecer en una isla desierta, o poblada, quien sabe. No voy a negarte que apareciste por las calles mirándome, que en aquella cafetería faltabas y entre el agua también. Hace un año volví hablando contigo y riéndome cada vez que había un tunel, hoy volví mirando el cielo gris, en ese autobús también estuvimos juntos. En el pais en el que estuve no estaba permitido estar triste asi que sonreí con todas mis fuerzas durante los tres días. El postre de una cena improvisada no estaba nada rico y me sonrojé cuando la camarera me pregunto porqué no lo había comido. Fui la reina del mundo por un momento subida a lo alto de una montaña desde la que se podía conquistar el mundo. Me hice amiga de dos niñas de hojalata que llevaban un vestido azul, y posé junto a ellas para una foto, que menos. Jugué al parchis y gané, a las cartas y también, ya se sabe el dicho de afortunado en el juego, desafortunado en.. prefería haber perdido. La lluvia nos cogió en la playa y casi empapa las hojas del libro que estaba leyendo, marchamos casi corriendo. Volví a recordar la declaración más preciosa del mundo, un beso inmortalizado en una foto, mil en el corazón. Seguí paseando mirando hacia el suelo. En ese pais todo se puede hacer realidad, y quizá algún día, sin saber como ni porqué, aparezcas a mi lado y conquistes el mundo desde allí. Te subas a lo alto de la montaña conmigo y seas capaz de decir: soy feliz. Me encantan las aventuras, tener amigas con las que sonreir muy mucho, y tener una pequeñita esperanza. No me pone triste recordar que todas esas calles fueron nuestras, porque lo seguirán siendo aunque no las volvamos a pisar de la mano. Y no me sonrojo si te digo que el atardecer fue menos bonito porque no estabas conmigo.

¿Conquistarías el mundo conmigo?

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Sigo como el primer día..