Pomada para las heridas del corazón.

Si existieran pastillas para el dolor del corazón, o un jarabe que te curara la ilusión. Un comprimido, una sonrisa. No existen doctores que traten el amor cuándo duele. Ni hay clínicas para reparar corazones que se rompen a pedacitos sin que nadie sea capaz de hacer nada. Como mucho, puedo escribir, mirar al mar y poco más para calmar las ganas de llorar. Y al lado de mi casa no hay mar, está muy lejos, cómo todos los sueños que estás dejando escapar. Y así no hay quien pueda oiga. Sobredosis de realidad. Demasiado gris en las calles aunque haya un sol enorme. En cada película que veo me doy más cuenta de que quizá nunca más vea una a tu lado. Loca ilusa que te tiene todo el día en la mente. Idiota nostálgica que daría todo por verte de nuevo. Me retumban por dentro tus recuerdos, y me grita el pecho que te necesita. Y entre las señales que te dejo no encuentras nada. Quizá te olvidaste ya de que era un sueño. Se te olvidó recordarme. Algún día dejaré de dedicarte palabras aunque haya prometido hacerlo todos los días. Las escribiré en servilletas y me las guardaré en el fondo del bolsillo. Y seguiré escondiendome en metáforas. Volveré a escribir sobre una niña solitaria que hace fotografías mentales a todo lo que ve, que sueña y siente en soledad. Y la vieja pianista que se olvidó de las notas de su canción favorita pero sigue recordando la primera vez que él toco su cuerpo. Que toca el piano como él tocaba su piel. Y el pintor de la plaza que en su pincel dibuja los rostros que ve todos los días. Ellos no le miran, pero él lo ve todo. Tiene el alma perdida y sólo la encuentra en sus dibujos. Y a dejar de creer en los finales de cuento felices. Hay más cuentos tristes mires por donde mires, y los finales nunca pueden ser felices porque son finales.


Y yo no quería un final.

3 comentarios:

  1. Joaquin dice: "Deja pasar la tentación
    dile a esa chica que no llame más
    y si protesta el corazón
    en la farmacia puedes preguntar:
    ¿Tiene pastillas para no soñar?"

    si existieran de esas pastillas de vez en cuando yo moriria de sobredosis...



    que bueno! un rinconcito mas donde leer tus bellos relatos.
    :)

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  2. Preciosa reflexión la que hoy nos dejas, te descubro, traspaso tu umbral, te leo y te creo. Te sigo...

    Muchos besos

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  3. Creo que compartimos ese odio hacia los finales.

    =)

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