Me he visto perdida en los aeropuertos, desorientada sobre qué avión coger o hacia donde volar si tus brazos se alejan justo en dirección contraria. Tenía una libreta en la mano con un par de palabras ilegibles, me había puesto a escribir y me había quedado hipnotizada con el pasillo de llegadas. Torrentes de personas llenaban los pasillos y abrazos y qué ganas de llegar y qué bonita la vida. Me imaginé cogiendo un par de trenes, los pies sobre la maleta, la lluvia y el frío, “este es mi sueño”, esta soledad abriendo agujeros en el corazón, no. Otra estación de tren llena de gente que sabe a donde va y yo que no se ni quién soy. Un día cogí un ramo de flores colgándome de un árbol y me mojé entera, agité el ramo en el aire, todo el mundo me miró. Lo llevé hasta casa, lo puse en un jarrón improvisado, no pude dejar de mirarlo durante horas. Nadie está aquí para oler las flores, nunca hubo nadie. Cae la noche en ese sueño, pesan las maletas pero pesa más la vida. Ojala hubiera alguien esperándome, ojala derribaras todos los impedimentos y te quedaras para siempre. La peor pesadilla es olvidarme de ti, el tiempo es tan macabro que me hizo olvidar al que me dio la vida y ahora no recuerdo las arrugas que se formaban alrededor de sus ojos. No quiero. No quiero que el olvido sea tan terrible y termine quemándonos, en tus ojos se podía ver el fuego, tú estás quemándonos. Quiero recordarte mirando al mar cuando te conocí, cuando aún no sabía que íbamos a ser el huracán más bonito, cuando tenías el pelo más largo y eras más tímido y me mirabas como un sueño que acababa de hacerse realidad. Estás, aún te tengo, es de noche en medio de la nada y el frío congela mis pies. Pero te veo frente al mar y comprándome cámaras de foto de juguete. Sonríe, sonríe, me dices. Yo llevo una falda vaquera y aún no he aprendido a peinarme y giro en un baile interminable, como no voy a sonreír. Voy a quedarme muy quieta, atrapando tu recuerdo, es mío, tan mío, que aparezco caminando por Italia contigo a mi lado, vamos a comprar un paraguas y un anillo en una tienda de segunda mano para que me quede contigo para siempre. No lo encontramos. Ahora estamos en Barcelona y hace calor, estamos tumbados en la arena, no sabíamos que iba a hacer tanto calor. Volvemos al apartamento y cocinamos macarrones porque no sabemos cocinar otra cosa y la vida es bella solo porque tenemos todo el tiempo del mundo para nosotros. Que la vida acaba de comenzar. La vida acaba de terminar. Sigue haciendo frío y he vuelto. Sigo desorientada en el aeropuerto y recuerdo que hoy arranqué esas flores del árbol y la habitación huele a flores. Aquí nunca hay nadie para oler las flores. Mi vida solo giró completamente una vez y hubo muerte y hubo frío y el olvido matando todas las plantas y los recuerdos. Mi vida está a punto de girar otra vez y estoy perdida atrapada en tu recuerdo que mira al mar.

Ojalá encuentres el camino de vuelta.



He desarrollado un amor meticuloso por todas y cada una de sus cosas. Por eso me gusta tanto hacerle la maleta y cargar después con ella como el dueño de un tesoro. El amor es tan real como el resto de las cosas imaginadas. Como el calor que uno siente mirando el nombre de las ciudades en las que nunca ha estado. Como el mar en los mapas, o las pesadillas de los astronautas."
Ray Loriga