Construir una vida desde las ruinas de un corazón vacío, conocer otros mares, aprender que la soledad nos ayuda a ser más fuertes. Hace tanto que no escribo que he olvidado como empezar, me he convertido en una experta en coger flores en el jardín y colocarlas a modo de "tienes que ser feliz". A veces encuentro un corazón perdido en otros ojos y quiero atraparlo para siempre. A veces solo intento llenar este corazón. Solo escucho mis pisadas subiendo estas veinticinco escaleras de camino a la habitación. Traigo la cena, cierro la puerta, abro las ventanas, respiro. Hace años escribí que es como tener una cuchara vaciándote poco a poco por dentro. Hemos vivido tanto juntos y he dejado de escuchar tu voz y a veces no se como empezar. Hoy he descubierto una casa abandonada y podría ser una metáfora, las ruinas, cómo crecen las flores en medio de las ruinas y como a veces sonrío como esa flor. Perdida. Intentando brillar.

El doce de julio, cinco años después de, escribí:

Ahora que intento huir de todo lo que empezó un día como hoy y vivo todas las vidas que siempre quise y cojo el metro y soy una desconocida más. Ahora que nada llega al fondo de todas las cosas y soy una cascara vacía que sonríe cuando ya no queda nada por lo que luchar. Que intento buscar el mar sin éxito cuando vivo rodeada de mar. Que tengo libros en la mesilla que hablan de barcas y vaivenes y como hacer los sueños realidad. Ahora que no encuentro el silencio y las lágrimas son de color el río y me pierdo en los espejos de los museos (si, el simple hecho de colocarte el pelo es arte, y todos los que caminan detrás de ti observándote sin que te des cuenta). Y subo al sexto piso y admiro las vistas de la ciudad más bella y triste del mundo. Escribo en mi cuaderno todas las veces que reí en el día y el lugar. 11:22, autobús. Quizá para recordar quién soy. El gato hace mucho tiempo que no viene de visita y las flores se han marchitado y me empeño en recordar aquel 12 de Julio que cambió mi vida. Y el giro que dio después, y que ahora estoy tan perdida que no se por donde empezar. 11:48, trabajo. Y que el domingo voy a ver el mar y hay una noria justo al lado desde la que se puede soñar, y hace mucho que no están tus ojos. Nunca olvidaré que te daban miedo las alturas. A mi me daba miedo la vida sin ti. Eso si que es un puto rascacielos.