Salida de emergencia.


Cortocircuitos por dentro. Nadie dijo que era fácil escapar de tus sueños, y la salida de emergencia siempre está cerrada. Y aquí no hay ni incendios, ni accidentes, ni nada que haga que se abra. O quizá los hay pero siempre por dentro, y nadie se entera. Sigo leyendo el horóscopo todos los días por curiosidad, y nunca me dice corre a por tus sueños. Un día me habla de problemas de salud y al siguiente de oportunidades laborales. Nunca me habla de tí. Ojalá pudiera escribirlo yo. Y de paso, escribir mi destino. Y dibujar como los niños pequeños una casa grande, con un columpio y dos niños grandes dándose un beso. Con nuestros nombres encima por si queda alguna duda. Los dos sonriendo, las muecas tristes no aparecen si estamos juntos. Aunque sea un dibujo. Las escaleras son muy largas, y duele subirlas porque arriba nunca hay nadie esperándote. Pero tengo sonrisas reservadas para los días duros, que me gustaría enseñarte apoyada en tu pecho. Y enseñarte también las palabras que aprendo y las que invento, algún juego olvidado y cada uno de los sueños que tengo contigo. Leerte fragmentos de libro en los que aparezcas tú. Encontrarte leyendo historias de amores, sonreir siempre de corazón al recordarte. Nadie dijo que iba a ser fácil. Y te me apareces por todas las esquinas de mi vida. Parece que siempre estuviste en mi corazón porque no hay quien te arranque del pecho. Voy sin musa y con el corazón a voces, y ya sabes lo que grita. Los pies en el cielo siempre, así me va. Que me choco con nubes repletas de agua que me aguan por dentro. Y salto charcos, y veo nostalgia. Y recuerdos, felices. Que son los peores. Cuándo encuentre como bajar a la tierra dejaré de soñar. Quizá en el cielo también haya salidas de emergencia. Quizá te encuentre en uno de estos paseos interminables por mi cielo, y me vuelvas a decir todo lo que me dijiste aquel día. Y yo sonría más que nunca. O puede que no te encuentre nunca más, y se te olvide que un día con sólo pronunciar mi nombre me hiciste sonreir. Nunca se sabe.

De todas formas, me gusta apostar por lo que dice el corazón aunque pierda parte en el intento.

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Píntame una sonrisa