El paso fugaz del tiempo.

El paso fugaz del tiempo. Un día te despiertas con veintiún años con ganas de quedarte entre las mantas una semana, con el único plan de tenerte cerca para siempre. Tarde o temprano las luces de los bares por la noche cansan, y siempre preferiste un buen paseo por un lugar bonito. Con tranquilidad, y frío, pero con guantes y alguien de la mano. Te llega a agotar el tiempo que parece que pasa sin dejar huella, y no tener una cámara para poder retratar todo. A veces te sientes en una burbuja lejos del mundo porque te cuesta comprender lo más elemental, y sin embargo eres capaz de imaginar más que nadie. Hay mundos que no están hechos para mí. Las cafeterías los sábados por la tarde están llenas pero si eso me hace seguir paseando de tu mano no es un problema. Hace frío, te doy el beso de entrar en un lugar abandonado, el de subir un escalón, el de salir de un bar, el de acabo de saltar a tus brazos y por suerte no he resbalado. Agotan los segundos que pasan sin gritar, los minutos que saltarines corren para convertirse en horas. El paso del tiempo y que siempre esté lloviendo. Los encuentros fugaces en el tren de la rutina, cuándo te das cuenta de que todo acaba por significar nada. Y concluyes que lo más importante es el presente porque el pasado son sentimientos muertos. Cuando los libros ya no dicen nada, cuando no crees mis palabras. Si iría a la luna por tí y se lo he dicho ya a ella, que cualquier día me encuentra sentada allí esperándote. O daría la vuelta al mundo al globo, ahorraría para comprar billetes con destino Tokio. Que tengo ganas de darte un beso a todas horas, y que sólo importamos nosotros en este mundo de locos, porque los más locos somos nosotros. Si me dan a escoger, te prefiero a tí bajo las sábanas antes que cualquier cosa. Cerrar los ojos y que el mundo siga su curso. Me cansa que las luces de navidad me hagan ponerme nostálgica, pero no sabes lo que adoro que me digas : la navidad es bonita, y si estamos juntos aún más. El chocolate caliente de tus labios. Que los segundos que pasamos juntos sí dejan huella, y tenemos una casa en un pueblo costero que tiene un almacén lleno de nuestros besos. Y la luna lo sabe todo, y ayer salieron las estrellas para juntarse y escribir mensajes en el cielo. Todos mis susurros estaban escritos en el cielo. Y el más grande decía: No tengas miedo, yo seguiré aquí..

Feliz cumpleaños C.

Veintiún años y el corazón como si tuviera quince. Este año he llorado y reído a partes iguales, pero aprendi que lo más sabio es hacerle caso al corazón aunque luego los sueños se deshagan. También, que cuando menos te lo esperes aparece alguien y te salva, que hay personas que lo darían todo por hacerte sonreir. Que siendo como soy seré feliz pero tengo que tener cuidado con lo que deseo. Que la gente que me quiere seguirá ahí aunque algún día tenga la cabeza entre las nubes y otro día me sienta una mujer gris. He soñado más que nunca, he tropezado con la realidad más veces que nunca. Un día lo veía todo azul, otro día era todo negro. Pero desde hace más de cien días tengo a una personita que hace todos mis deseos realidad. Se puede decir que es mi mago particular. Y toda la magia la tiene dentro, no necesita ninguna varita mágica. Y así, ¡quien no es feliz! Gracias a todas las personitas que habeis compartido conmigo estos 365 días, cada momento con vosotros fue especial, fuera el que fuera. Los viajes, los aeropuertos, los aviones, el verano, la playa, los cafés, las charlas en clase, las noches, las mañanas, candás, vosotros sois los que me haceis ser feliz.

Mi plan para el próximo año es seguir cumpliendo sueños, dar la vuelta al mundo sin moverme de donde estoy y seguir teniendoos cerca. Fotografiar cada cosa que vea, y volverme loca con los arcoiris. Escribir cuando algo me duela y borrar todas las lágrimas. Y seguir a tu lado..

Y estallar, pero de felicidad.

Guardo entre mis manos tanta ilusión que soy capaz de soñar con todos los colores del mundo aún sabiendo que mis retinas no los apreciarían todos. Y ya ha llegado la navidad a las calles.
Prometimos pasear por la mañana pero nos quedamos comiéndonos el alma, y ahora esa cama tiene tantos besos que no le caben más. El salón esconde te quieros en sus paredes, y a mi sólo me gusta perderme entre tus brazos. Que ya tengo una parte de tu piel con un tatuaje con el contorno de mi cabeza y el pelo enmarañado entre tus dedos. Que aprendimos a gritarle al aire que el frío nos lo quitamos con sólo mirarnos y no importa donde nos sentemos, que nos cogemos de la mano. Apoyados en el arbol del amor, mientras anochece en el parque, grabando en nuestra piel ese momento. En un sofá de una cafetería alejados del universo, mientras todo sucede pero nada a la vez. Y paras el tiempo cada vez que me susurras que somos infinitos, claro que lo somos, eso y más. Aprendimos a tocarnos con el miedo entre los dedos y no me canso de decirte que ahora sin tí todo sería tan gris que el arcoiris se moriría de tristeza. Como yo, claro. Apareciste una noche de verano volviendo mi mundo patas arriba, haciendome reir como nunca. Escuchando cada una de mis historias como si fueran las más importantes del mundo. Te reías de mi risa, querías que no me separara de tu lado. Me regalabas sueños. Y todas las calles ahora llevan nuestro nombre, sonreímos en tantos lugares que ahora las calles nos sonríen a nosotros.

Tu Clem adora cuando la besas despues de tomar chocolate, y cuándo la abrazas tan fuerte que por un momento se le olvida respirar. Adora esos instantes en los que piensa: Joder, que feliz soy. Y una sonrisa se le escapa entre los dedos.

Estamos vivos.

El frío se deslizaba de mis manos a mis ojos y viceversa, pero un frío diferente. Hay frío que te congela por dentro y frío que sólo te recuerda que estás viva. Ver como la lluvia choca contra tu rostro, y tener a alguien que besa esa lluvia. Tener a alguien a quien coger la mano cuando crees que vas a caer. Cuidar un buen principio para un final eterno. Mirar el fuego de la chimenea queriendo arrojar en él todo lo que no nos hace felices. Los momentos que no merecieron la pena.. y quemarlo todo. Quemar el pasado que me hace tener miedo. Y avivar los lunes noche, los abrazos bajo mantas ajenas, los besos al principio y final de cualquier camino. No soltarte nunca por si algún día decides soltarte para siempre. El fuego de la chimenea logra calentarme las manos, y puedo mirarte sin saber que tú me ves. Pensando : Ojalá nunca tenga que quemar estos recuerdos. Estoy cansada de soñar y matar los sueños. Esta vez, sólo vivo la realidad. Despertar con un "Buenos días princesa" hace todos los días especiales. Tenerte a mi lado mientras mojo el bizcocho en el café caliente. Recostarme en tu pecho contándote todas las veces que quise ser feliz y saber que tú me harás siempre. Cenar en un restaurante hablando de todo y de nada, del amor que se respira en el ambiente y del que tenemos dentro.. Si yo soy la más guapa entre las guapas tú eres lo que siempre quise. Escondida en tu cuerpo todo parece mejor. Y pasan las horas sin verte y hablando con mis labios me han dicho que echan de menos a los tuyos.. y mi mano que no sabe caminar sin la tuya. En la hucha de los viajes meteremos las ansias que tenemos de vivir. Vivir juntos. Y en nuestros ojos depositaremos las ganas que tenemos de estar juntos. En los labios tantos besos que no caben.. Y en la cajita de los sueños los más grandes: los reales.

En un viaje interminable..

No importa lo lejos que quieras escapar, te acabará encontrando. Aunque dudes de los días azules, aunque creas que los recuerdos la echarán abajo. Aunque seas más de valorar los momentos cuando ya pasaron, aunque llores cuando nadie te ve. Llegará, te arrebatará todo lo que piensas y no serás capaz de hacer otra cosa que sonreir. Aunque hayas pasado cien días grises, y hayas visto pasar las horas muertas en aquel andén. Sé que fuiste capaz de sonreir dos dias en un año y creíste que nunca más pasaría, también que lees novelas que terminan siempre mal. Crees que todo es efímero porque te lo arrebataron todo. Esta vez no será así. Habeis trazado un plan perfecto con su nombre y el nueve parece un número mágico. He visto en tus ojos que sabes parar el tiempo y que pretendes conquistar el universo. Os he visto caminar los domingos sin rumbo, como quien escapa de algo y no sabe a donde ir. Como si quisierais escapar de este mundo para crear uno vuestro, irreal, y perfecto. En el que las meriendas son deliciosas y los relojes se derriten para dar paso a otro tiempo que no existe.. más que en vuestras manos. Llegará, derribará todos tus recuerdos para dar paso a otros nuevos. Volverás a creer en los finales felices, o simplemente en que no existen. Sabrás que cada momento es especial, os perdereis en la última fila del cine llenando la película con vuestros besos. Sea cual sea, terminará siendo de amor. Porque ya habeis paseado bajo un cielo de estrellas azules, viajado por Tokio, tomado chocolate caliente, viajado en el espacio-tiempo.. porque habeis sido capaces de sonreir sin que importara nada más.
Y eso tiene nombre.
Y la felicidad os terminó encontrando.

A ella le faltaban besos, le sobraban desilusiones y sólo quería escapar. El tenía una nave azul y un corazón con el que cumplía sólo sueños. Y se habían embarcado en un viaje interminable, de estrella a lunar y de lunar a estrella.