Corazones en blanco y negro.

Me gustaría que me regalaras una sonrisa enorme. Que viniera en un paquete sin remite, y que yo adivinara que es tuya. Y guardarla en el almacén de sonrisas enormes. Y deleitarte con una aún más grande. Que me abrieras tu corazón y me dijeras si yo estoy dentro, o lo estuve y me escapé. Si serías capaz de pasar los días en el sofá conmigo. O si escaparías de mi mano, sin soltarla. Si volarías conmigo sin moverte del sitio. Yo te quiero porque me hiciste volar sin tocarme, sin verme. Y seguirán pasando los días y tú seguirás perdido en mi corazón. Dando vueltas en espiral. 17 días y mi corazón es tuyo. Si eso no es magia, es que la magia no existe. Mi sueño, mi ultimo pensamiento antes de dormir. El último que me pintó sonrisas y me hizo sentir la chica más especial del mundo. Dos almas perdidas que se encontraron sin buscarse. Y cuándo sus cuerpos chocaron salieron fuegos artificiales. El cielo se empapó de felicidad y no importaba si mirabamos hacia el norte o hacia el sur. Ni las horas, ni los días, sólo tenía un deseo: no separarme de tí. Y un aeropuerto lo hizo y yo quise matarlo. Y otro volvió a hacerlo y ya no sé
si habrá mas días compartidos de principio a fin. Recuerdo quién hacía el desayuno, y la cena. Que me salvaste, que no querías que hablara alto y aprendí a susurrar. Que me tiré de la cama para demostrarte mi amor y que ahora cogería un avión para volver a demostrarlo. Y me pierdo en tu silencio. También recuerdo los besos nada más despertar, y que nos costaba despegarnos. Y no sé si tú recuerdas. Me costó muy poco desprenderme de la ropa y quedarme sólo vestida con amor, con el amor de tus manos. Pero ya no vivimos en el mismo planeta, tu corazón quizá no se acuerda de mí. Y aunque el mío grite tu nombre el tuyo está demasiado lejos. Y de la rabia quise romper el cielo y empezó a llover. La lluvia nos inundó por dentro. Yo sigo aquí. Te quiero como el primer día.

Desde que te soñaba mirando al mar cuándo aún no sabía que lo veríamos juntos..

2 comentarios:

Píntame una sonrisa