Rutinas y ssssshs (sueños)

La señora del quinto baja en el ascensor hojeando un periódico al revés, como en las películas. Su mundo se ha dado la vuelta y ella decide darle la vuelta al periódico para ver si algo vuelve a su sitio. Es un sábado soleado, los niños ríen porque pueden sacar la bicicleta. Son los más felices del mundo en el parque. Se enamoran por primera vez de la niña que les roba el juguete, y la odian demostrándole así amor. Otra de las vecinas pone música muy alta y comienza su extraño ritual de limpieza. Pega saltos por el salón, canta sin saber muy bien que canta y lo deja todo reluciente mientras tanto. Un hombre aún no ha vuelto a casa, lleva decidiéndolo desde las 10 de la noche apoyado en la barra de un bar. Le espera soledad, y en el bar engaña a la soledad. Su casa está patas arriba, como su vida. Las sábanas por el suelo y la bombilla de la lámpara fundida. Hoy, alguien se casa. Lleva esperando ese momento los últimos dos años. Está nervioso, quería haberse declarado al lado del mar, donde la conoció, y el paseo de la playa está en obras. Cayó una tormenta tremenda y el anillo se le cayó al suelo. Bien es cierto que las cosas nunca salen como se planean. Hoy de momento, luce el sol. Sueña con vivir los siguientes años con ella, sabe que la vida da muchas vueltas, y espera no odiarla por ello. Mientras todo esto pasa y los segundos se revolucionan, yo sueño con escapar en un viejo coche. Adoro las carreteras rectas, el sol, y la música relajante. En la maleta quiero llevar un par de sueños y las ganas de vivir al día. Me cansa la rutina si no tengo nada que me haga saltar por casa por las mañanas. Quiero reir hasta que me duela la tripa, emborracharme de vida. Echarme a volar por el cielo con un paraguas de colores estampado con nubes. Desayunar en alguna terraza perdida zumos que saben a vida. La playa siempre cerca. Gatos por las calles. Escapar de las calles grises y pintarlas con colores. Gritar a los cuatro vientos que soy feliz. Decírselo al músico callejero, a la señora que toma el sol, al dependiente de la tienda. Correr como una loca al mar, quitarme la ropa y lanzarme al agua empapándome de vida. Sonreir, como siempre y como nunca. Ojalá pudiera vivir eso contigo.. y que fueras tú el que me escucha gritar: Soy feliz. La casa amarilla cerca del mar, al lado de un faro y llena de gatos, ya sabes.. sueños. Y yo, siempre soñando(te).

5 comentarios:

  1. mágnifico blogspot :)

    señorito gatito en la azotea, recuerda volver a salir esta noche a medianoche a la luz de la luna llena, hoy nos volveremos a ver y le volveré a saludar dando una vuelta alrededor suyo moviendo livianamente la cola,

    no se olvide de mi ;)

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  2. Las casas amarillas con gatos tiene magia. De siempre.



    un miau de magdalena para ti :)

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  3. Ohh me ha encantado, me he sentido volar junto contigo y observando esa casa amarilla. Muy lindo blog, voy a pasarme a menudo :)

    un beso de colores

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  4. Hoy estuve allí. En esa casa. Y en el faro.

    Y me acordé de ti.

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  5. Todos soñamos con ir a algún lugar en especial, y viajar y conocer nuevos lugares :)

    me encanto, y las casas amarillas cerca del mar son magicas n_n

    un beso :*

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