"Dónde el silencio se puede tocar, y morder."


He pensado en desiertos, en carreteras interminables con gasolineras a los lados. En coger un coche, comprarme un montón de bragas y dejar la vida atrás. También se me han aparecido sillones vacíos, muertes en medio de la carretera, restos de gatos en los arcenes. La soledad, una mujer con tacones que camina sin saber a donde se dirige.  Los veranos, caminando sólo con un bikini en medio de la ciudad desierta. Llena de calor y de silencio. Después pensé en supermercados, en toda la fila de yogures y  mujeres paradas justo enfrente, pensando cuales coger, si de bifidus o de chocolate. Lo que es la poesía, la lavadora girando en la terraza, la manzanilla girando en el microondas. La vida de una casa. El tránsito de una estación de tren de Londres, el puesto de flores en el medio, el café para llevar. Las imágenes se conectaban sin ningún sentido. Eran diapositivas de una vida que no había vivido, que nadie había vivido. Un tren alejándose de una estación, lleno de gente con la mirada perdida, que quiere llegar a alguna parte. Un cartel en medio de la carretera que anuncia la llegada a “Ninguna parte” y gente haciendo cola con las maletas. Ese es el destino favorito de los tristes que intentan no estar tristes. Después apareció una mujer tendiendo la ropa en el jardín, en el único momento del día en el que se reconcilia con ella misma. El vecino observándola desde la ventana, queriendo ser su vestido al viento. El murmullo del río de aquel lugar solitario, dónde “el silencio se puede tocar, y morder”. Una mujer desnuda que camina por su nueva casa, colocando los cuadros que acaba de comprar.  He pensado en amor, en el amor en todas sus formas, cuándo nace, cuándo muere, en todas esas canciones de amor que nunca serán nuestras, en la soledad escapando por carreteras interminables hacia “Ninguna parte”. En mi cuerpo desnudo en medio de la bañera. En todas las burbujas que inventaste para mí y que ya no existen. En las cartas que me escribiste y ahora no tienen letras. Todas las palabras han desaparecido. El amor desaparece. Quizá hace mucho tiempo que no existe.


“Ya con el estómago lleno, pensé que ella y yo éramos una cinta magnetofónica, 
alterada, manipulada, que algún día alguien encontraría tirada en una cuneta. 
No se por qué pensé en una cuneta y yo en una acera, un cajón o un pasillo. 
Pensé en una cuneta.”

“A veces, sentado en la playa de arroz, sopla el viento y unos folios se me van de las manos. 
De las manos al mar. Hablan de un tipo que viajó a Cerdeña con una mujer. 
Los veo volar, estamparse contra una pequeña ola y pienso: 
“Déjalos ir, solo son la 1/10 parte de un árbol enano, escuálido y para colmo sin raza.””
Fragmentos de Nocilla Lab, Agustín Fernandez Mallo. 

8 comentarios:

  1. El silencio tiene crespones morados.

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  2. Simplemente me fascina tu blog! Todas tus entrada me encantan, y las frases que pones al final lo encuentro muy acertado. Sigue así, y espero nuevas entradas ipacientemente! Besos!
    http://deamoresydedesamores.blogspot.com.es/

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  3. Precioso, realmente precioso. No sé que más decir, estas palabras son mágicas, maravillosas. Te sigo y te leeré a menudo.

    Un beso.

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  4. A ese "Donde el silencio se puede tocar" le sobra la tilde :)

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  5. El amor desaparece, así como viene.
    Me encantó tu entrada.
    Besos agridulces♥

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  6. Tienes un blog precioso. Es que no se como describirlo. Además, tienes una manera de escribir que encandila. Enhorabuena.

    Aquí tienes una nueva seguidora y también te sigo en twitter.
    Besos!

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  7. Dónde irá ese dichoso sentimiento cuando un día amaneces y has perdido la esencia de esa vida..

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  8. Duele esto. Pero como casi todas las cosas que son ciertas.

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