Amie


Había vivido muchas vidas en muchos lugares. Había terminado por olvidar su nombre y hasta el color de sus ojos, por eso aquello de mirarse en el espejo cada mañana. Verdes o marrones, dependiendo del día. Los días de sol se ponía falda, mejor cuánto más corta, y salía a airear sus penas. Reconocía que le gustaba pasar desapercibida, pero su amor hacia las faldas y los vestidos iba más allá. Se maquillaba para tapar la tristeza, esa que dejaba al aire cada noche de motel. Su vida era como la de cualquiera, pero cuándo daban las 7 de la tarde se acercaba al bar de la esquina. La procesión de todos los días, sentarse en la barra, pedir un whisky con hielo y contarle la vida a un desconocido. Lo que sucedía cada noche era un misterio. Alguna noche terminaba en el motel que había saliendo de la ciudad, abriendo las piernas y cerrando los ojos, para ver si algo le llenaba de una puta vez. Pero no, no era eso lo que buscaba aunque siempre se dejara vencer al deseo. Era una princesa triste. De pequeña había leído muchos cuentos y ya cuando fue mayor olvidó todos los finales. Olvidaba el corazón en la mesilla. Ya no le servía para nada. Hacía tanto que no lloraba que sus ojos estaban resecos. Los domingos su rutina cambiaba. Se ponía un vestido de niña buena e iba a recorrer la ciudad, tomaba un café en un lugar elegante y escribía todo lo que le había sucedido esa semana. ¿Sabes? Cuándo tenía 20 años y aún creía en el amor, un hombre la llevó a ver el mar una noche. Amaneció escuchando las olas desde un viejo coche con los pies en el salpicadero. Jodidamente feliz. Después de gritar mirando al mar que no necesitaba nada más, rogando que la vida no hiciera una de las suyas. Intentó volver a recuperar esa sensación y por eso ahora vaga por las calles, por los bares, la sensación de estar en el momento perfecto con la persona perfecta. La luna es su compañera. Y cada mañana tras el café va al baño a recordar el color de sus ojos. Hoy están llorando. Será cosa del mar…

"Cuando el cielo se oscureció y aunque no eran más que nubes,
tuve la sensación de que todo se terminaba y la sensación de haber
sentido lo mismo un millón de veces antes."
Ray Loriga
Está sonando..

13 comentarios:

  1. Hermoso, hermoso, hermoso.
    Como siempre Clem.
    Mil besos,
    Ce.

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  2. Me ha encantado tu entrada de hoy.
    Supongo que a los 20 años es muy fácil creer en el amor, pero después de variar desilusiones.. es mucho más fácil estar con cualquier 'desconocido', que intentar volverlo a encontrar.

    Un beso gris :)

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  3. Lindisima historia Clem!

    Besos con gotitas de agua!

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  4. Me encanto tu entrada, es muy linda!! :)

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  5. me ha gustado un montón la verdad...!:)
    es una historia al mas puro estilo poetadebotella...muuah

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  6. gracias por definicirla como una princesa...aunque sea triste. me siento mejor...y cuentame si alguún dia vuelve a escuchar el sonido de las olas en buena compañía...sabré asi que me quedan esperanzas

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  7. Siempre buscamos sensaciones ya olvidadas. Beijinhos.

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  8. O será cosa de Ray Loriga, quién sabe. Aunque el Mar puede jugártela de todas las formas posibles. Sí, tal vez también sea eso.

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  9. Que bonito texto, me ha echo sonreír aunque no sea feliz. Creo que debería seguir intentado, hoy parece ser que sus ojos se llovieron después de tanta sequía, sea cosa del mar o no...
    Me gusto mucho :)

    besos

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  10. Cuando no hay otra cosa... o lo que tienes no es como esperabas... te aferras al recuerdo.

    Misk

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  11. La tristeza puede hacerte olvidar quien eres.
    Bonito texto. :)

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  12. qué pasada la imagen de cabecera! me encanta esa peli

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  13. Eres única escribiendo y haciendo sentir cada palabra, la verdad.
    A veces lo que creemos que es la mejor opción para nosotros no es más que una huida de nuestra realidad.
    Un beso

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