.. tú eras la astronauta que daba la enésima vuelta en torno a la Tierra.

Jugabamos a girar por estas calles malditas y preciosas, los escaparates de vez en cuándo nos dedicaban una sonrisa feliz, nos girábamos cada vez que pasaba un niño y lo hacíamos nuestro por un segundo. En la última fila del cine había besos escondidos bajo las butacas, un tesoro hecho de sueños y alguna que otra desilusión. El primer día que nos besamos después de nuestro periodo de tormentas viajamos a Tokio y comimos en un cementerio, era domingo. Fue el primer domingo de otros tantos domingos que bautizamos como astrománticos, mitad astro, mitad románticos. Nos besábamos en todos los lugares que pisamos. Dejamos los recuerdos atrás, nos lanzamos al mar sin apenas saber nadar. Al final, tú me enseñaste a nadar y pese a algún que otro accidente marítimo que terminó con sal en los ojos y en los pulmones conseguimos salir a flote. Aún sigo soñando con vivir en un faro y rodeada de gatos. Y ahora que se nadar cada noche de luna llena rodearé el faro bailando en el agua, como una sirena hipnotizando las rocas del mar. Quizá rompa todas las televisiones y sólo tenga una vieja radio que por las noches sintonice las penas ajenas. Que de penas se un rato, y de alegrías también. Quizá logre olvidar todos los lugares que pise y mi vida se convierta en una novela de ciencia ficción, dónde seccionando corazones se puedan borrar recuerdos. Por las mañanas seré gato, por las tardes miraré a la lavadora, saldré solamente a comprar al supermercado y me fijaré muy bien en todo lo que pasa a mi alrededor. Tenderé ropa, sueños, con las pinzas de colgar ilusiones. Eterna soñadora que nunca aprende a vivir. De momento hoy me conformo con bailar un rato con la felicidad y correr de tu mano. Que las calles nos saluden y las luces de la ciudad se iluminen con nuestros besos. Quizá tú seas el inquilino de mi faro, de momento, serás el compañero de aventuras, y para qué quiero más. Al final, aprendimos a nadar y a caminar de la mano parando todos los relojes de la ciudad.

15 comentarios:

  1. una historia preciosa, igual que la foto :)
    Tu playlist me saca sonrisas.

    ResponderEliminar
  2. Mientras sea compañero de aventuras puede llegar a ser otra cosa :)

    ResponderEliminar
  3. Hola bonita :)
    Me encantó la entrada.
    Me transmites tanto amor :)
    Linda tu historia.
    Mil besos.

    ResponderEliminar
  4. =) Pues adelante con la felicidad. Qué bonito. Un beso

    ResponderEliminar
  5. Me encanta, y la foto genial.
    Escribes muy bien .
    un besete.

    ResponderEliminar
  6. me encanta como describis lugares y situaciones
    me encanta leerte

    ResponderEliminar
  7. yo una vez desayuné en un cementerio de Tokio, un día de niebla.

    (tres peces
    de colores)

    ResponderEliminar
  8. Precioso de verdad y esa foto es de lo ás sugerente ;))

    Besos remojados

    ResponderEliminar
  9. me gustan las fotos que acompañan a tus entradas,
    un beso!:)

    ResponderEliminar
  10. Amo tu blog con locura y pasión!
    Mua!

    ResponderEliminar
  11. Hola, acabo de ver tu blog y me gusta, tiene personalidad, sensibilidad, y las fotos los buenísimas.

    Te he votado ahora mismo, no se si se puede decir; pero además somos tocayas.
    Saludos.

    Celia

    ResponderEliminar
  12. Vaya, no se muy bien como va esto porque no ha salido mi perfil ni mi blog.

    Bueno, es este, por si alguien quiere echarle un vistazo:

    http://elcielovirtual.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  13. En cada faro que he encontrado en mi vida he dejado sueños tendidos. Quien sabe si vuelvo algún día qué encontraré en ellos...
    Besos,

    ResponderEliminar

Píntame una sonrisa