Devorar palabras para que un rayo no nos parta en dos, como si no estuviéramos ya hechos de tormentas. Devorarnos la piel como el que se traga la última gota de leche del tazón, sin dejar rastro. Anoche leí sobre aquella poeta que estaba perdida y todo el mundo la buscaba y llevaba dos días durmiendo en el sótano. Devorar la vida hasta que ella nos devore. También como esa última noche escribió sobre la paz y a la mañana siguiente metió la cabeza en el horno. "No deseaba flores, querría únicamente yacer con las palmas hacia arriba, totalmente vacía." Me fascinan sus palabras y las devoro porque es lo único que me queda para sobrevivir. Me pierdo en los pasillos llenos de libros, lleno la nevera de fideos japoneses y mato el tiempo garabateando libretas. En mi cabeza solo hay aviones despegando y despedidas amargas. Ya no recibo flores, ni palabras. Compra tres jarrones, llénalos de flores y de agua de lluvia, asómate a la ventana y mira el cielo. Siempre es el mismo cielo. Ya no sueño con que volvemos a ser dos desconocidos en el tren y empezamos nuestra historia. Siento como si mi corazón fuera a salir por la ventana y el frío lo fuera a congelar. Quizá ya está congelado. Quizá solo me quede la casa desordenada, el grifo corriendo, un montón de libros apilados en la mesilla y un billete de avión. Esta vez el destino no son tus labios, es una soledad que congela por dentro, una ciudad llena de vida y ausencia. Para poder llenarnos tenemos que vaciarnos primero y después de la caída llega el vuelo. Estamos enamorados del vértigo. Quedan pocos días, y ahora solo me dedico a memorizar tus lunares trazando mapas, para que no se me olviden cuando no pueda verte. La ciudad nos extrañará, y seremos dos insomnes que no quieren olvidar que un día brillaron como ese rayo que les partió en dos.

3 comentarios:

  1. "Después de la caída llega el vuelo", y después, sólo planear para no caerse. Ah! Y no hay que olvidarse del paracaídas, muy importante. Creo que eso se aprende después del primer contacto contra el suelo.

    De todas formas, que no dejen de fascinarte las palabras, esas que te inspiran, y te llenan de vida ;)

    Un besito

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  2. Desgarrador. Se eriza la piel con cada palabra.

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Píntame una sonrisa