"Nunca bailamos solos."


Lo peor de todo son las noches solitarias, las cartas sin destino, el corazón girando en espiral. Lo peor son los camiones de la basura despertándonos de madrugada, ese silencio lleno de ruido. Que nos mata. Que te mata. Lo peor son las mañanas en las que no sabes si ponerte un vestido porque tu cuerpo no es capaz de girar y bailar por el pasillo. Y el exprimidor y su sonido, y el zumo de naranja amargo, y el café del bar de la esquina que no sabe a café, que es agua sucia. Y no hay nada en estas mañanas soleadas que te rescate. Las ojeras antes de entrar al trabajo. Sin sonrisas. Lo peor es esta ciudad atándonos, las agujas del reloj haciendo de las suyas, las noches sin estrellas, que el mar no aguarda ni espera, solo sigue su ritmo. Que no me invitas a bailar, que no te pierdes en mis ojos, que nadie sabe ya el color que tienen. Los libros en la mesilla gritando palabras. El buzón desierto. Los amantes besándose bajo la lluvia. 

Lo peor de todo es saber que no hay futuro, que los portales en los que nos amamos hasta dejar de existir, ya no nos recuerdan. Lo peor es que todas las canciones hablan de amor. Que ya olvidé tus lunares, que las luces del puerto ya no alumbran nuestras noches y aquí solo se puede empezar a olvidar. Es el principio del fin. Todo suena como la vez que cogí aquel avión sabiendo que se había acabado el amor. Como cuando estaba en esa montaña rusa y mi sonrisa salió volando por los aires. Como en las vías de aquel tren en las que dije adiós por última vez. Se que fui tu musa, que dibujaste mis vértices, que me amaste de principio a fin, pero todo dejó de existir, mi rostro aún está borroso en tu corazón, pero cada vez quedará menos. Solo polvo de sueños. Todo lo que quisimos vivir y se nos escapó por debajo de la puerta. Cada casa en el mar, los picnics extraterrestres, los viajes a nunca jamás, las veces que me amaste sabiendo que iba a ser la primera y la única. Digamos adiós, antes de que duela demasiado y no pueda borrarte. Digamos adiós, a los sueños, a todo lo que vivimos, pero sobre todo, a lo que nunca viviremos. Siempre tuviste los ojos tristes, y he de confesarte que me enamoré de ellos nada más verlos. Hasta otra vida, ojos tristes.

"La gente le hablaba de aeropuertos y lavadoras, 
pero él sólo podía pensar en huracanes."
Ray Loriga

22 comentarios:

  1. HERMOSO! Mi corazón se ha encogido al leer estas letras. Siento un nudo en la garganta, en serio. Que talento. Te sigo.

    ResponderEliminar
  2. siempre me haces llorar...
    o es el?

    ResponderEliminar
  3. Hay una ciudad ahí afuera, que nos habla de tantas cosas, que ya no dice nada.
    Hay palabras colgando del techo, que caen al suelo cuando llega la madrugada.
    Hay una despedida que está intentándolo, ahí, en el rellano.
    Y tantas puertas cerradas...

    ResponderEliminar
  4. Lo peor es que lea esto y le siga recordando a él. No quiero.

    ResponderEliminar
  5. Impresionante.
    El olvido no siempre aparece cuando le necesitamos, aún cuando se ha convertido en nuestro oxígeno.
    Un beso enorme bonita :)

    ResponderEliminar
  6. Si mi alma tuviera pelos, esta entrada se los habría puesto de punta (???)
    En serio, me haces sentir tanto con cada frase, que no encuentro palabras para describirlo. Increíble.
    Un besazo y gracias por compartirlo :)

    ResponderEliminar
  7. Una entrada preciosa, que lo dice todo en unos cuantos párrafos.
    Tienes un don impresionante. Adoro tu blog.

    ResponderEliminar
  8. Una vez yo pensé que todo se había terminado, que había dicho adiós para siempre. Me fui. Creí que me había ido. Luego volví. Me di cuenta de que nunca me había ido. Era solo una parte del principio. Mucho tiempo después me doy cuenta de que siempre es el principio.
    Precioso y emocionante texto. Cuando las cosas que se dicen se sienten, pasa eso.
    :)

    ResponderEliminar
  9. Hola. Otra vez me gusta lo que escribes. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Siempre consigues ponerme los pelos de punta y que se me incruste una sensación de melancolía en el pecho. Un saludo!

    ResponderEliminar
  11. Un texto muy seductor, triste, salvajemente frágil...

    bsos

    ResponderEliminar
  12. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  13. jo, que melancolía tan adorable :)
    (ojala y hubiera encontrado este rincón mucho antes.
    ¿puedo quedarme aquí, contigo para poder enamorarme de tus bellas letras?)

    *mimitos*

    ResponderEliminar
  14. Es un texto que encierra en su certeza (certeza certera) y su exactitud el dolor de la realidad. El desengaño.

    Muy crudo, me ha dejado pensando...

    ResponderEliminar
  15. Que triste, y sentido... me dieron tantas ganas de llorar.. es hermoso.

    ResponderEliminar
  16. "Lo peor de todo es no saber que no hay futuro"
    Creo que tu texto merece, sobre todo, el adjetivo "aterrador". Aterra saber la de cosas que se pierden. Aterra saber que lo que se ha vivido, no va a volver. El saber, como bien dices, que no hay futuro.
    Aterrados. Sobre todas las demás cosas, aterrador.

    ResponderEliminar
  17. Saber leerla en este caso es mejor que escribir y morir en el intento, .. la mejor traducción de un "adiós"

    ResponderEliminar

Píntame una sonrisa