Huele a frío.

El mundo es como una gran bola de nieve, ha llegado la navidad. Papa Noel espera con sus renos para llenar de felicidad el mundo. La gente apura sus compras, sus vestidos para la última noche del año. Que zapatos quedarán mejor, con cuales sabrán caminar toda la noche. El frío amanece con el sol en casi todas las ciudades de España, cuesta dormir porque con los pies fríos todo es más dificil. En este mundo caleidoscopico todo gira y da vueltas. La vida amanece fría como los días, aunque a media tarde recibe un poco de calor en forma de besos. Gira, todo gira. Regalos de ida y vuelta, besos de ida y vuelta, personas que se quedan y otras que se van. Palabras que se transforman de un año para otro. Todo pierde significado, al pecho le cuesta respirar, las canciones tienen las palabras adecuadas. Como me gustaría vivir en un faro con una habitación perdida entre libros, con un gato enorme sobre mis pies. Un escondite con vistas al mar. Que dificil es el lenguaje de las palabras y qué facil el de los gestos. Experta en meter la pata y decir cosas fuera de lugar, pero con el corazón puro. No sabe de formalismos, sólo hace lo que siente. Quizá debería aprobar un master de contención. Porque no es capaz de contenerse y al final un torrente de palabras llena el mundo que la rodea, palabras, nieve, y apenas se puede salir de casa. El paraguas no aguanta tal terrible vendaval. Los muñecos de Navidad aguantan como nieva sobre sus hombros mientras se hiela su naricita de zanahoria. Los niños miran a través de la ventana como todo se cubre con un manto blanco. Todo parece más puro, más mágico. La bola de nieve tiene una melodía melancólica que lo envuelve todo. Sólo queda cerrar los ojos y soñar. Soñar con que la vida sonríe tanto como la gente por estas fechas, que cada regalo es una ilusión envuelta de alegres colores. Los abrazos en estas fechas deberían durar todo el año. Cada invierno es diferente y eso es un hecho. Cada año me ilusiono y desilusiono más, pero es parte de la vida. Y esta Navidad no se me encoge el corazón cada vez que piso las calles.
Y eso es bueno, y tú el culpable.
sssh, escucha

9 comentarios:

  1. Enamorado de la voz de Annie B. Sweet y de ella.

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  2. Que lindo!!! Totalmente transparente! un saludo

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  3. precioso!a mi me encanta ver nevar :)
    besos wapa!

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  4. Muy bonito!! me has contagiodo un poco de tu ilusión, así que mañana cuando camine por estas calles vestidas de Navidad pensaré en tu texto y sonreiré...

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  5. "Huele a frio" como a café con leche hirviendo como a manta y tele
    :)

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  6. Estimada señorita:
    Puesto que ambos compartimos la misma atracción por la obra del genial autor alemán Michael Ende; Momo, es mi ilusión invitarla a leer mi humilde ensayo acerca del libro en cuestión, ejercicio que se prolongará a lo largo de varias semanas y que iré publicando en mi humilde blog.
    Espero que sea de su agrado este viaje, que lejos de ser únicamente expositivo también intentará ser interpretativo. Sobra decir que sus aportes enriquecerán esta sencilla labor de crítica literaria.

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Píntame una sonrisa