No había nada más cierto que ese sol que te cegaba cada mañana de camino al trabajo, que hacía que se te cerraran los ojos y desearas una buena taza de té. Nada más rutinario que la cafetería en la que tomabas el café cada mañana, entre los buenos días, el olor a tortilla y las miradas perdidas en la portada del periódico. Nadie leía libros. Algunos miraban al infinito, pensando en islas desiertas y en que debían poner la lavadora al llegar a casa. Era una rutina odiosa y adorable a la vez. La calle estaba abarrotada siempre de gente, con prisa, que olvidaba por un instante sus vidas concentrándose en sus quehaceres. Y tú te perdías en ese café, imaginándote en Londres, en unos pocos días, imaginando que tomarías el café en un lugar diferente, con una rutina odiosa diferente. Y sonreías, porque escribirías desde el metro y desde cada café sobre esas caras somnolientas que a veces daban los buenos días y soñaban “con amanecer en otro tiempo y otra ciudad.” Escribirías sobre el loco, el ama de casa que se dejó el horno encendido, sobre el marido que nunca lleva flores y que está enamorado de la florista. O sobre el niño que siempre mira a la niña que se sienta a su lado y no es capaz de decirle ni una sola palabra. Retratarías cada beso que pare el tiempo, esos que los amantes reservan para el momento del encuentro y que esconden un: He estado pensando todo el día en ti. Y seguramente escribirás, escribirás mucho, y te perderás en librerías, museos, buscando el arte que no existe en tus mañanas. Hablarás con cada gato callejero, y le preguntarás como son las azoteas allí, si se tumban a ver pasar la vida o la vida les pasa por encima. Pasearás refugiada en tu abrigo gris, escondiendo la sonrisa tras la bufanda, empapándote de cada instante. Y te pintarás los labios cada mañana de rojo en el metro, sonriendo a cada desconocido que te mire más de dos segundos. Porque la soledad puede estar llena de esos instantes, de esas cosas que vivimos sin apenas darnos cuenta. Porque la vida es eso, y quien diga lo contrario miente.
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"He estado pensando todo el día en ti" y ese beso.... tan real, tan sincero, tan lejos...
ResponderEliminarprecioso, me imagino que será basado en imaginaciones reales.
Puede que sí, es más que probable que en diez días me vaya a Londres a cambiar de ciudad mis mañanas.
Eliminar:)
Me ha parecido sencillamente genial! :)
ResponderEliminarVayas donde vayas, incluye dentro de la rutina odiosa y adorable escribir las no tan odiosas y muy adorables lineas... algunas veces me imagino en esa misma cafeteria esperando un beso que ya he recibido muchas veces... ...saludos...
ResponderEliminarME ENCANTO PODES ESCRIBIR TAN BIEN? INCREIBLE
ResponderEliminarBuena entrada!
ResponderEliminarQue bonito todo lo que dices :)
ResponderEliminarMe encantaa :) cada día escribes mejor, chica.
ResponderEliminarHablarás con cada gato callejero y le preguntarás cómo son las azoteas allí, si se tumban a ver pasar la vida o la vida les pasa por encima.
ResponderEliminarS-U-B-L-I-M-E.
Todos alguna vez hemos querido disfrutar de la soledad...
ResponderEliminarA pesar de no conocernos hace tiempo que te leo, me encanta como trasmites.
Preciooosoo!!! lleno de vida, y con muchas cosas que reflexionar... me gusta! =)
ResponderEliminarno habia nada mas cierto que despertar junto a ella cada mañana
ResponderEliminary ver como sonreia ..
nos gustaba nuestra soledad compartida.
La mirada perdida sobre la crema del café con leche, esos tiempos en los que antes no reflexionaba tanto. Actuaba, miraba a mi alrededor con ganas de comerme el mundo. Quizás... me haya adormecido un poco, pero me siento tan lleno de fantasía como antes. Escribir es mágico, me evado mirando las luces plateadas de los coches. Obligo a mi corazón a latir con un cierto ritmo, ya no quiero una pausa. Tiempo, es el que me obligo a pararme... a estar congelado sobre un mueble de madera. Ahora proyecto todo hacia un futuro más prometedor, a un presente con las cicatrices cerradas.
ResponderEliminaruno adopta la soledad ... pero la ausnecia es la que uno no escoge...
ResponderEliminaral final uede uno disfrutarla entre nostalgia o vicisitudes...
pero a mi
mi soledad...
ultimamente me duele.
Hola! me encantço tu blog, te sigo :), ya soy una de tus seguidoras :D, y espero k tu tambien seas mi seguidora en mi blog, aki te paso el link:
ResponderEliminarhttp://secretsofadarkangel.blogspot.com/
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