20 de Abril:
“Yo también quiero vivir en la desmemoria” o cómo matar
todos los recuerdos. Como huir de ellos. Las malditas guerras sentimentales,
las noches solitarias, y todas las veces que quise atrapar el tiempo en mis
manos. Siempre acaba yéndose. Imposible de atrapar, como tu risa, alguien dijo “tu
risa es una ducha en el infierno”. Yo lo que quería era besarte en los
portales, conquistar todas las putas noches, que fueras mi rescate, mi
constante. Y que nunca quisieras irte. Pero estás tan acostumbrado a irte que olvidas
que yo nunca me fui. Siempre estuve aquí, siempre estoy aquí. Aún sigo
esperando que toques a mi puerta y me digas que el futuro sin mi no tiene
sentido. Que somos y seremos increíbles. Pero aquí nunca pasa nada y los
domingos amanecemos en camas separadas, respirando distinto aire, distintos
sueños. Yo lo que quería era hacerte el amor y olvidar que somos mortales. Respirarte,
respirarnos, desayunar poesía. Desayun-arte. ¿Cuándo vendrás? Mi bolígrafo
sigue escribiendo cartas que nunca llegarán a tus ojos. Tu corazón está cansado
de mis palabras. Hace tantos días del principio, de tus miradas eternas, de
esos abrazos eternos que me hablaban de la eternidad. Te has ido tantas veces
que se que el fin está cerca. Tendré que hacer la maleta y huir por la
carretera a donde el corazón me lleve. No te preocupes, me olvidaré de tus ojos
tristes, de esa risa “que es una ducha en el infierno”. Volveré a creer, quien
sabe cuando, quien sabe qué, en que el amor lo puede todo. Puede tanto que pudo
con nosotros. En tu habitación, pegada en el armario, hay una foto en la que
estamos sonriendo en un café de París. Quédate con eso. Te espero en ese café,
con los ojos llenos de lágrimas y una libreta en la mano, escribiéndote otra
carta. No tardes en venir. Este corazón no aguanta más sacudidas.
21 de Abril:
Es domingo, me he despertado y he puesto la cafetera al fuego. Mientras el café se hacía, he abierto la ventana y todo el aire del mundo ha entrado llenándome los pulmones. He preparado cuatro fresas en un bol y me he sentado a ver pasar el tiempo. He recordado. Y aunque fue un momento bonito, te necesitaba, a mi lado, cortando las fresas, abriendo la nevera, besándome cuando me giro. Estoy harta de que no estés. De este estar extrañándote a todas horas, escribiéndote cartas que nunca leerás. Ayer fui al pueblo más bonito del mundo y caminé y caminé perdiéndome por sus calles. Los cerezos estaban preciosos, los gatos dormían al sol, la vida pasaba tranquila, pero tú tampoco estabas. Nunca estás. Hoy no hago más que pensar en gatos y flores, sonriendo bajito. Me da fuerzas, supongo. Y sólo deseo que algún día estés, en esta locura de vida, curándome las heridas por las noches y amándome todas las mañanas. ¿Vendrás?
¿Te irás?
"De tanto amarte y tanto no quererte
te has cansado de mí y de mis locuras
y le has prendido fuego a nuestra historia.
Tu ropa no perfuma ya la casa.
No queda una palabra de cariño
suspendida en el aire, ni una hebra
de azabache en la almohada. Sólo flores
secas entre las páginas del libro
de nuestro amor, y cálices de angustia,
y un delirio de sombras en la calle."
Luis Alberto de Cuenca
Siempre es bueno leer lo que usted hace, logra de una forma particular llegar al alma.
ResponderEliminarEs terriblemente demoledor leerte, supongo que me siento identificado en parte, supongo que puede ser el domingo o la novedad de la soledad, son muchas cosas... el asunto es que tal vez haya que desarrugar las alas y probar emprender el viaje, quien sabe lo que sucederá, el futuro es una hipótesis, lo único que tenemos es esto de ahora, este ratito es el único momento en el que vale la pena hacer las cosas. Es triste y duele pero esta es la realidad, tal vez te llene esperar y bueno entonces deberás hacerlo, te aconsejaría que no pero no estoy a la altura de las circunstancias.
ResponderEliminarEn fin, trata de estar mejor, trata de no esperar tanto de los demás un día tal vez te lo agradezcas
DI-OS. Que buenísima entrada, me ha encantado.
ResponderEliminarMira que no me suelen gustar las entradas de amores perdidos, que se fueron y que se extrañan, pero este, me ha encantado. Las descripciones, el sentimiento real, los detalles del café... Sigue escribiendo así.
Enhorabuena, porque no es fácil escribir, pero díficil que guste.
¡Saludos!
Si el amor se hiciera con post-it, que cada semana hubiera que renovar el pegamento para que no se fuera despegando... Si a los dos meses sin pegamento, se despegara del todo, de forma natural, quizás sería más fácil el proceso de olvidar y dejar ir. Quizás sea una tontería, sí, pero nos cuesta demasiado dejar ir a aquéllos que no están dispuestos a quedarse.
ResponderEliminarPorque si le cuesta quedarse y no te invita a irte con él, quizás no merezca la pena conservarlo. No, si lo que necesitas es un amor constante.
Todo es cuestión de necesidades... Y si no dejas ir aquello que no puedes tener de la manera que deseas, no podrás conseguir lo que te haga realmente feliz. A veces la melancolía se disfrazada de felicidad, como si pensar en comida pudiera saciar tu hambre.
Un beso
Como siempre, precioso: intenso de emoción y escrito de forma admirable.
ResponderEliminarSólo una pega pequeña... me gustan más las playas sin horizontes cercenados.
Me has llegado como una sacudida. De forma exagerada. A lo más profundo. Te juro que si supiera quien eres iría a besarte los pies. Gracias por describir todo lo que llevo dentro, y gracias por dejarnos leer un poquito más de esta perfección cada día.
ResponderEliminarUn beso enorme desde cuandolaimaginacionvuela.blogspot.com
Hermosas imagenes, me encantaría visitar esos lugares.
ResponderEliminarUn abrazo.
No puedo decir nada más allá de "acongojante". La identificación hace parte del trabajo pero, aún así, esta entrada es impresionante.
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