(Imágenes: Tumblr)
Es increíble como nos recuerdo, nos extraño. En ese momento
en el que la ciudad se deshacía a nuestro paso, las calles se nos quedaban
pequeñas, la última fila del cine, la nuestra, comernos hasta reventar. Pero
supongo que esa sed de viajar y viajarnos se fue muriendo con el tiempo, y
ahora somos un puñado de nostalgias. Te espero en el Chelsea Hotel, fumando
mirando a la ventana, escribiéndote la última carta, la definitiva. He tenido
pesadillas, he planeado un viaje en el que sólo estabas tú a mi lado en un avión
vacío. No nos estrellábamos, volábamos y éramos más que el tiempo. Sigo escribiéndote
que eres el único que llegó al fondo de mi corazón, y que si quieres, te cedo
una parte en él a tiempo completo para toda la vida. Es esa puta certeza, de
saber que eres tú, que siempre lo he sabido, que nadie más que tú hace que me ría
con esa risa que rompe mundos. Tengo preparado el plan B en el caso de que me
digas que no, tengo la huida perfecta preparada, la maleta en la puerta, tendré
que dedicarme a soñar en el metro, a escribir en los portales, a olvidarte. Pero
aún estamos a tiempo, vuelve. Te espero en el Chelsea Hotel, con la cama
deshecha y llena de libros y un montón de palabras volando por la habitación. Vuelve.
No te marches, que no hay mejor casa que tu espalda, y “daría la vuelta al
mundo para volver a abrazarte por la espalda.” Se que te irás, se que esta vez
es diferente, seguiré escribiéndote la última carta. Gracias por hacerme volar
durante los últimos mil días. Te había prometido que me quedaría contigo
durante los próximos mil años, quizá no pueda ser, quizá este amor sea
demasiado grande para la vida real y tenga que quedarse en el recuerdo. Te
recordaré siempre, con tu sonrisa ancha, el pelo despeinado, saltando por la
habitación, caminando conmigo por todas las playas del universo, cogiendo
aviones, atrapando sueños. Te recordaré en esas palabras de los primeros días,
cuando me veías tan bonita que te dolía. Puede que no estuviéramos hechos para
este mundo, nos quedaremos en el mundo de los sueños. Vuelve, no te marches. Te
espero, cuando pase este desastre y estemos rotos, para volver a construirnos de
nuevo, como el principio, y podamos ser eternos, al menos por un instante.
"Hoy te escribo esta carta y no sé qué decirte.
Tal vez que todavía
tu nombre me palpita
exactamente al lado de la palabra siempre.
O quizás que te echo de menos y me canso
cuando busco tu risa
por calles y relojes,
y parece que todo es como un beso largo.
Que sepas que aún, de noche,
en la alta madrugada,
me viene tu recuerdo, la redondez del pecho,
cuando mi mano
era la más exacta brújula.
Y que no sé si esto es amor o tan sólo
empeñarse en vivir en tu cuerpo y el mío
esa historia pequeña
de los grandes amores."
Rodolfo Serrano
solo recordarte que fuimos eternos..
ResponderEliminarMe gusta mucho lo que puedo ver en tus letras, parece que escribieras lo que tengo en la mente.... me lo llevo para G+... saludos...
ResponderEliminarEterno retorno. Lo seréis.
ResponderEliminarMucho tiempo sin leerte, y sentimientos bien parecidos. Me gusta pero no me gusta, no sé si me entiendes...
ResponderEliminarYo también he decidido bajarme de la noria, y también me pesa y sigo soñando con él y extrañándonos todo el tiempo. Y como tú, sueño en que podamos recomponernos y poder volver a abrazarnos aunque sólo sea una vez más.
Tiempo, Clementine, tiempo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSublime...
ResponderEliminarEl amor es imprescindible pero no suficiente. Hay historias tan tristes y tan bonitas, que están más allá de todo. Y de nada.
ResponderEliminarEscribes bonito y me da mucho gusto leer tus textos.
Un abrazo.
El amor es tan bonito y al mismo tiempo tan complejo ..
ResponderEliminarLo bueno del amor es que es impredecible, y nunca se sabe
Que nos puede deparar. Por lo que no hay que cerrar puertas a nada.
Aunque yo pienso, que si dos personas se quieren, tarde o temprano todo se puede
Volver a repetir, aunque sólo sea en un beso, una mirada o un gesto.
El amor siempre merece la pena vivirlo, no te rindas.
(Saludos con café)
Ojalá fuera sólo ficción.
ResponderEliminarAl menos para mí es muy real. Demasiado.
Refleja tanto.. si de verdad hubo libros y mil cartas no importa que fueran mil días como uno solo , de esos que a la mañana siguiente despiertas con resaca amorosa. Pero no hay que olvidar que a pesar de la desolación que se siente, la tristeza es un sentimiento hermoso que realza la alegría del pasado.
ResponderEliminarTremendo. Y con el poema final ya me has dejado sin palabras :)
ResponderEliminarAl menos por un instante... que el amor es eterno mientras dura diria Ismael
ResponderEliminarHermoso, demoledor, pero hermoso
Un beso, un abrazo y un ojala vuelva para seguir viajando
Realmente hermoso... "Te espero cuando pase este desastre y estemos rotos para volver a construirnos de nuevo, como el principio"...
ResponderEliminarSin palabras!!!
Para mí sería imposible escoger una única frase. Desprende nostalgia en cada una de tus palabras....simplemente me alegro de haberte descubierto para seguir mucho tiempo enganchada a tu blog:3
ResponderEliminarCreo que estoy enamorada de lo que escribes... Sobre todo de este 28 de marzo, no puedo dejar de leerlo
ResponderEliminarPrecioso, increíble...me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMe pasaré más veces.
Te dejo mi blog por si quieres pasarte: http://lajauladelolvido.blogspot.com.es/
Un abrazo!^^