Le inspiraban esas calles, al bajar al metro y observar como
cada persona iba en una dirección diferente. Le encantaba perderse en esas
miradas ajenas, alguien iba a comprar el pan, alguien regresaba a casa y
alguien no quería regresar nunca a su vida. Se perdía por los entresijos de la
ciudad, entraba en cada librería sólo para oler las hojas de algún viejo libro.
Se reía con algún título, fotografiaba la tristeza, y salía de la librería. A
veces escribía en una cafetería del Raval con vistas a toda la calle, vivía
entre palabras y al caer la noche se acostaba con ellas en el ático. Vivir de
palabras no es tan malo. Había comenzado una historia de chico conoce a chica,
se enamora de ella y le pide matrimonio justo antes de que se baje del metro. Ella
se iba sin mediar palabra. Otra historia fugaz. Como cuando escribió sobre
aquella señora que quería escapar de la vida y alguien se enamoraba de sus
arrugas. O instrucciones para hacer té, para escapar de la tristeza, sobre como
perderse en el fondo del mar sin saber nadar y terminar saliendo a flote. Esa
era toda su vida. Y alguna noche de sábado solitaria, se inspiraba y terminaba
hablando de caricias en hoteles de segunda clase, de cafés de madrugada y lamer
pieles ajenas. Sobre perderse en el placer ajeno y abandonarse a la vida. Todavía
recordaba la primera vez que le habían acariciado el pelo con todo el amor del
mundo. Despacito, suave, escribiendo en él palabras bonitas. Y esa noche de sábado,
ella recordaba mientras la música no paraba de sonar. Como alguien se había
enamorado y la había rescatado de la vida, como le habrían propuesto matrimonio
caminando por las calles de Italia. O quizá eso era una historia más, quien
sabe. Vivir de palabras no es tan malo. Al fin y al cabo, había estado toda su
vida buscando corazones en los ojos de los desconocidos. Y uno de esos días en
los que uno pierde la vista por cualquier paisaje, encontró el título de su siguiente historia: “Instrucciones
para volar.” Sólo hacía falta palabras, sueños, alguna que otra caricia y tener
la sensación de que todo está en su lugar. Ahí estaba, escribiendo a las 2 de
la mañana la más cuerda de las locas, sobre como escapar del tiempo y colgarse
de su risa, sobre como volar sin moverse del sitio. Otra historia sin terminar,
otro olvido al corazón, otra noche solitaria y silenciosa con tan sólo el murmullo
de la ciudad de fondo. Que susurra
que vivir de palabras no es tan malo.
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Otra entrada magnífica; vivir de palabras es tan necesario como recordar la primera vez que te acariciaron el pelo con todo el amor del mundo.
ResponderEliminarHay que empezar historias que, aunque no encuentren final, nos sirvan para la siguiente historia.
Un beso.
Yo escribía en La Nena, en Gràcia. Extraño el chococafé!
ResponderEliminarMe encantan tus textos.
Saludos!
lástima de foto, en el más puro estilo luna miguel
ResponderEliminarOtra que lleva libros de Anagrama sacados de la biblioteca ;)
ResponderEliminargenial... te sigo por aqui ;)
ResponderEliminarMadre mía, no me ha gustado, me ha encantado. Traspúas una extraña ternura que nunca deja de sorprenderme.
ResponderEliminarhacía mucho que no me emocionaba leyendo algo, porque tu siempre lo consigues??
ResponderEliminar(L) :)
Inspirada por el libro? :)
ResponderEliminarHermosísimas palabras que llegan al alma...
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada...
ResponderEliminarUn abrazo! =)
Hay más vida en algunos libros, que en algunas personas.
ResponderEliminarHouellebecq, tengo pendiente algo de él.
No te olvides de devolver el libro a la biblioteca... ;)
ResponderEliminarGenial!!! :D
ResponderEliminarNo me paso a menudo por aquí, pero jo... mis múltiples amantes llamados Examenes no me dejan ni a sol ni a luna!
un besico!
PD: ai omá que pieeeeeeeeernas! xDDDD =P
Me ha gustado mucho. :) me gusta tu forma de escribir, y también la forma de ver la vida de esa chica.
ResponderEliminarSiempre que encuentres las adecuadas, vivir de palabras no es tan malo.
Algo tendrán las palabras para atraparnos a tantos que bebemos de ellas ¿verdad? No, no está tan mal vivir de palabras pese a los sufrimientos siempre nos quedará su sabor dulce en el momento más amargo.
ResponderEliminarPrecioso.
sitio
ResponderEliminardel
moverse
sin
volar
cómo
*
Estupendo como siempre, tienes un blog excelente :)
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