
Sincronicemos nuestros corazones

Habitación 202



Que nada nos separe nunca. Nunca. No sería capaz de parar el tiempo con un abrazo nunca más.
¿Te atreves a romper los relojes y quedarte conmigo para siempre?
Algún que otro secreto

El sueño, el suelo, los laberintos de la mente son tuneles de alcantarillado que terminan en el asfalto. Lo que nosotros entendemos cómo vida depende de nuestras percepciones. Hay personas que serían capaces de ver todos los atardeceres y personas que odian el cielo porque hace demasiado tiempo que no son capaces de mirarlo. Cuándo uno sueña, otro enferma, otro besa, y el último maldice haber soñado. Somos tan diferentes y sin embargo todos vivimos en el mismo mundo. Cada mañana cada persona desayuna algo diferente y mientras lo digiere piensa en lo que hará al día siguiente. Sin duda, hay demasiados mundos dentro de nuestro mundo. Las personas sensibles son capaces de notar esos mundos a su alrededor. En una sala llena de gente son capaces de captar los sentimientos que fluyen por el aire, ternura, amor, desamor, decepción. Absorben todos esos sentimientos y los plasman en algún lugar. En su día a día. Van formulando teorías que van desechando otras asumiendo lo simple de la vida. Esas personas al final acaban sabiendo que lo más importante de tus mañanas es besar a la persona que quieres mientras desayunas lo que más te apetezca. Concluyen que lo más importante es llenarte el corazón de buenos momentos. Admiran el cielo, la vida, la belleza de ver a una persona sonreir. Entre el inmenso laberinto de pensamientos de cada persona hay un patrón común. La felicidad procede del mismo lugar, y no es el paraíso, ni es verde, ni está lleno de palmeras. Todo se reduce a que el tiempo no te mate, ni el asfalto ahogue tus sueños. A que cada mañana te dediques cinco minutos a mirarte a tí mismo sin falta de espejo. Después, sueñes, mientras tomas tu desayuno favorito. Para por la tarde romper todos los relojes y dedicarse a vivir con todas las letras.
Sonreíste a quemarropa..
Somos jóvenes y libres, podemos ir, venir, volar, besarnos hasta que nos duelan los labios. Emborracharnos de vida y de lo que no es vida, disfrutar cada segundo como si fuera el último o el penúltimo. Hacer eternas las noches y viajar hasta la luna. Tomar apuntes de la vida para cuándo se nos olvide como sonreir. En aquel puerto el tiempo pasaba lento, y nosotros lo saboreábamos a la vez que el helado de yogurt y mandarina, mi favorito. Algo me decía "somos libres, más que nunca". De repente nos dió por despegar sin soltar los pies del suelo, nos besamos en lo alto del cielo, pasamos la noche en alguna nube perdida, habitación 202. Y al día siguiente, deseosos de aventuras, caminamos por una vía de tren fantasma. Seguimos sus raíles al lado del mar, cogidos de la mano. Las vistas eran impresionantes. La banda sonora eran las olas del mar chocando contra las rocas y la espuma de mar. Visitamos una playa desierta, hicimos un picnic extraterrestre y nos amamos como nadie. Volvimos a ser libres, eternos. Mirando al mar en silencio y a tí después supe que eramos increíbles. ¿Cuántas aventuras me esperan de tu mano? Cuando sepamos el secreto de las casualidades sabremos porque nos queremos con todo el alma. Somos tan fuertes como las olas que rompen contra la barandilla, y tú decías: Nadie podrá con nosotros.. y nadie lo hará. Desde hoy comienzo a creer en los finales eternos, o mejor, en los finales abiertos.







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¿Me acompañas en mi viaje al fin del mundo?
Clem y Joel






"La mayoría de los días del año no tienen nada de especial, comienzan y acaban sin dejarnos recuerdos perdurables en la memoria, la mayoría de los días no tienen ningún impacto sobre el transcurso de una vida; el 23 de mayo, era miércoles..."
500 días juntos.
Aquel 12 de Julio era un día cualquiera, con una noche cualquiera. Pero algo lo cambió todo.
Soy jodidamente feliz, gracias. Hasta dentro de diez mil años.
"Tú y yo juntos sí que somos los campeones del mundo"
De heroes y esas cosas
La vie en A


Hoy dos canciones escondiditas
Por las noches antiguas y la música lejana
El teléfono no dejaba de sonar, y ellos, ajenos al mundo exterior lo único que hacían era mirarse. Sonaba jazz, una melodía suave que envolvía sus cuerpos y el whisky llenaba los vasos que bailaban encima de la mesa. Estaban comiendose con los ojos, como lo hacen dos personas sabiendo que precisamente el instante despues estarán comiendose con los labios. Todo comenzó con un baile, el baile más lento y más bonito del mundo. - Si quieres que pare, dímelo ahora - Nadie te está diciendo que no sigas.. Lo de después fueron besos apasionados, mezclándose con el jazz y haciendo de aquella noche una noche perfecta. El papel que empapelaba la habitación se derretía. - Llévame alguna parte, a algún lugar al otro lado del mundo ahora. -¿Qué te parece Italia? Amanecieron abrazados, él le acariciaba el pelo y le contaba historias al oído mientras ella reía más fuerte que nunca. El contaba sus aventuras y ella por un momento lograba escapar de su monótona vida. Viajaba sin moverse de aquella cama, el mejor lugar del mundo. El había roto todos sus esquemas. Se bañaban a la luz de las velas mientras el agua resbalaba por sus cuerpos. Se habían enamorado terriblemente. El tiempo pasaba, el tiempo corría. El fotografiaba sus manos y ella le miraba ensimismada, y luego le besaba. Terrible amor, ese que te coge desprevenido y te hace soñar con escapadas a ritmo de jazz. No querían nada más que eso que tenían. Un día a día precioso y eterno que se escapaba bajo la puerta cuando se descuidaban. Haciendo el amor hasta que les dolía el corazón, haciendo la vida un lugar feliz hasta que se les cansaba el corazón. La vida era eso. Eran ellos.
Ella hacía la maleta y planeaba una huída perfecta. Al final, deshizo la maleta y dejó los sueños recluídos en aquel lugar, donde soñó para siempre con su vida con él. Brindando en silencio por aquellas noches perfectas en las que descubrió lo que era el amor. La realidad volvió a matar los amores de película, pero sus besos aún sigue resonando en esas paredes. Se amaron en silencio toda la vida. "Lo único que puedo hacer es guardar lo nuestro en alguna parte de mi, y recordarlo toda la vida" Aún conserva aquella nota:
"Si quiere cenar conmigo cuando las luciérnagas estén volando, venga esta noche cuando haya acabado, a cualquier hora"
(Todo inspirado en)Los puentes de Madison

Llévame a ver el mar dónde las olas rompen, y dime que quieres pintar este mundo gris a mi lado. Que no importa que no salga el sol porque nosotros juntos brillamos más. Que cuidaremos nuestro reino de cartón y sueños como si nos fuera la vida en ello. Aprenderemos a vivir cogiéndonos la mano y agarrándonos a lo que sea porque juntos somos los mejores. Conquistaremos el universo pasito a pasito. ¿Verdad?
Thunder road

Algo me dice que ha estado dando vueltas por el cielo disfrazado de avioneta para que nadie se enterara que los coches podían volar.. alguien comerciaría con ello y por todos es sabido que los sueños no se venden. Había corrido tantas aventuras que su final fatídico no había sido tal. Con las ruedas cansadas de sentir, el volante hecho trizas, suspiraba feliz. No importaba el final porque durante su vida había sido testigo de atardeceres sin fin en caminos de tierra, sueños sin fin en montañas verdes, se había empapado de vida y de sol en sus largos paseos. Quizá en unos minutos, se disfrace de avioneta de nuevo y surque los cielos en soledad. Y vuelva a vivir los amores en lo alto de una nube, las escapadas por ese cielo azul. Quizá cada vez que vea una avioneta recuerde que los coches pueden volar, y que soñar nunca está de más.


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