Hay sábados en los que la noche se alarga, y nunca me gustó llegar a casa cuando ya amaneció. Este domingo soleado me dio los buenos días mientras volvía en un autobus lleno de gente durmiendo. Siempre en ese momento me pongo triste. Quizá porque no encontraré a nadie al llegar a casa, y porque abriré la puerta irremediablemente sola. Y en unas horas será un domingo, que tanto odio porque ninguno es astromántico como dice la canción. El calor se cuela por las persianas, y doy tantas vueltas que podría levantarme mareada. Tengo demasiadas cosas en la cabeza y eso me impide dormir. Y pronto me levanto, domingo odiado y odioso. Nadie me dice buenos días, nadie se acordó en medio de la noche de mi risa, nadie iría a la luna por mi. Hay lugares especiales, y el domingo vi el amanecer más bonito del mundo echándote de menos. El cielo era azul, rosado, y naranja. Y mañana visitaré otro de los lugares especiales, la última vez que pisé sus calles estabas a mi lado. Guardo tantos recuerdos.. la declaración más preciosa del mundo, los besos más ansiados, en el autobús tu cabeza recostada en mi hombro, un café riquisimo, una comida mientras caía la tormenta. Un arcoiris que saludaba. Gominolas en un kiosco y seguir comiéndonos a besos. En la estación de autobuses planeando huídas, recostada en tu hombro siempre. Escondidos de la lluvia en una casa abandonada, más besos. Vuelta a casa a devorarnos. Esta vez no habrá amor llenando el oxígeno de las calles pero te encontraré al doblar cada esquina. Tengo tantos recuerdos en ese sitio. Escapé de la ciudad y leí libros en la playa hasta quedarme dormida, grité y pensé que feliz soy, vi la televisión con amigas mientras comiamos patatitas, vi la luna llena desde la playa, hice una hoguera, me bañé en la playa en marzo muerta de frío. No hay duda de que es un sitio especial y que siempre que voy vuelvo llena de sonrisas en el corazón.
En dos días llegaré y os contaré aventuras.
"Cuando terminó abril llego el mes de mayo; mayo fue mucho peor que abril. En mayo, en plena primavera, ya no pude evitar sentir como se estremecía y temblaba mi corazón. Solía ocurrirme al atardecer. En la pálida oscuridad, impregnada del suave aroma de las magnolias, mi corazón, sin previo aviso, empezaba a henchirse, a estremecerse, a temblar, atravesado por un pinchazo. En estos momentos, cerraba los ojos y apretaba los dientes con fuerza. Y esperaba que pasara. Poco a poco, despacio, este dolor se alejaba, dejando tras de sí un dolor sordo. Cuando esto sucedía escribía a Naoko. Le hablaba de cosas maravillosas, placenteras, hermosas. Del olor de la hierba, del agradable aire de la primavera, de la luz de la luna, de las películas que había visto, de las canciones que me gustaban, de los libros que me habían emocionado."
Tokio Blues - Haruki Murakami
Que el mar se lleve el dolor, que mi mirada mire al infinito siempre, pero con los pies en el suelo. Aprendí a envolverme el corazón a base de realidad, y los sueños sueños son. Quizá nunca más.. está mal soñar más de la cuenta. Recuerdos, sólo eso. Y hoy me compré un joyero con forma de corazón para poder guardar recuerdos nuevos, por si algún día quieres.
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Que bonito que guardes recuerdos y sepas pintarlos asi de bien, asi de bonitos ... y profundos:).
ResponderEliminarmalditos domingos!pero la semana tiene siete dias... y seis por lo visto son para andar al brio y guardar recuerdos..:)...
... esto que he escrito al final no se si tiene sentido alguno pero no lo pienso borrar jajaja!
un besote!
Gusuuu que hermoso texto, y sin es tan feo saber que no hay nadie, nadie que se atreviera siquiera a dedicar su tiempo a pensar en uno :S
ResponderEliminarMe eh quedado sin palabras, ese nuevo joyero para unos nuevo recuerdos un beso :*
ResponderEliminarHola también me gusta creer en el amor... pero prefiero creer que somos esclavos de la evolución y punto
ResponderEliminarTodos los domingos... ¿Te abandonó la magia? Tal vez sólo hay un domingo astromántico y es el día en el que empiezan a convertirse en domingos odiosos. Donde nos invaden los recuerdos...
ResponderEliminarHaruki Murakami es una pasada.
Y espero que algún día salgan del joyero historias tan bonitas como esta.
Desde Marte
Mirna
Coincido contigo: odio llegar a casa de día. Y los domingos son odiosos. Y me gusta Tokio blues y Murakami.
ResponderEliminarUn beso!
Tus palabras me transmiten siempre tanta paz. No sé por qué, pero a pesar de que el tema del que escribas sea triste, tu forma de escribir me calma.
ResponderEliminarUn beso MUYGRANDE :)
Me enamoré de tus textos y de tus historias..
ResponderEliminarYa tienes un joyero con forma de corazón :) pero dentro,bonita
ResponderEliminarVolví!!!!
Cada día me gusta más lo que escribes, me lo mandas por carta este verano?? jajaj, es que voy al mejor sitio, perdido sin internet, jaja. Pero volveré, tu no dejes de contarnos tus historias, y por favor, POR FAVOR!! NO DEJES DE SOÑAR!!
ResponderEliminarUN BESO ENORME CON SABOR A PLAYA CERCANA
cuando vuelvas quiero historias alegres, de chicas que pueden (podemos) con todo lo que nos echen y que aunque duela no dejan de soñar y lo apuestan todo por lo que quieren.
ResponderEliminartendremos un millón de sonrisas, incluso para adornar los domingos.
me ha encantado! ojalá algún día vivamos nuestras historias tal cual las contamos aquí. Los sueños sueños son, pero no está mal hacerlo, a veces.
ResponderEliminar;)muaaa