Te asomabas a la terraza después de cada polvo y de que él cerrara la puerta. Dejándolo todo en silencio. Perdías la mirada en la ciudad y dejabas que el frío te erizara la piel. Jazz de fondo, bajito. Estabas semidesnuda, aún no te habías vestido y la casa estaba a oscuras. Era como si hubieras estado en el cielo y ahora te dieras cuenta de que no existía. Sólo había una ciudad latiendo lejos de vosotros, erais parte de la lluvia que estaba cayendo. Sacabas la mano acercándola a la lluvia. Dejabas que las gotas dibujaran en tus manos círculos. Oyendo susurros en el viento: “Hoy estabas preciosa.” Era una soledad que no dolía, era un exquisito y necesario renacer. Escuchando el tráfico, los susurros del viento, con un frío que no helaba. Esta vez no. Ahí fuera la ciudad latía, soñaba, sentía y cada una de sus arterias sangraba instantes. Dentro no pasaba nada, el mundo estaba en pause. Como sentarse a ver como la lavadora da vueltas en una de esas lavanderías americanas, sabiendo que ese momento no te llena, pero te reconforta. Escuchando girar la vida. Despacito. Como el jazz de fondo, bajito. Y la ciudad que se va apagando. Ya es medianoche.
“Todo aquel tiempo fue como un largo sueño.
La ciudad estaba llena de dormidos despiertos que no
escapaban realmente a su suerte sino esas pocas veces en que,
por la noche, su herida, en apariencia cerrada, se abría bruscamente.
Y despertados por ella con un sobresalto, tanteaban con una especie
de distracción sus labios irritados, volviendo a encontrar en un relámpago
su sufrimiento, súbitamente rejuvenecido, y, con él, el rostro acongojado de su amor.
Por la mañana volvían a la plaga, esto es, a la rutina.”
"La peste" - Albert Camus
Me vuelves jodidamente loca. Adoro leerte, amo tu cabecita :)
ResponderEliminarY después, cuando dejó de girar el vinilo, sonaba Wake the Earth? Sí, segurísimo. :D
ResponderEliminarSemidesnuda, jazz de fondo, la ciudad latiendo a lo lejos... en qué sueño me has metido!
Que nunca nos falte el jazz.
ResponderEliminarEsas noches te hacen pensar.
ResponderEliminarYa es medianoche y todo vuelve a empezar. Los latidos de tu corazón susurran al ritmo de aquel jazz que sonaba en tu habitación. Todo se apaga al mismo tiempo que tu corazón se enciende. Y cuando te quieres dar cuenta, ya no suena jazz. Ya es madrugada. Y nadie quiere volver a empezar.
ResponderEliminarcomo no enamorarme de tus escritos?
ResponderEliminarLos puertos siempre me hacen sentir como en casa.
ResponderEliminarjazz.
Me encanta como el jazz, siempre jazz, a todas horas, jazz bajito :D
ResponderEliminarMe ha gustado mucho :)
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